La Comunidad de Madrid ha anunciado la compra de dos millones de tests rápidos de antígenos point of care para el diagnóstico del coronavirus en la región.
Hace tan solo un par de meses, dos compañías norteamericanas de diagnóstico (Becton DICKISON y Quiadel) obtuvieron la aprobación para comercializar este tipo de tecnología que permite, entre otros aspectos, diagnosticar la enfermedad en un plazo de tiempo de 15 minutos, mediante un dispositivo portátil del tamaño de un teléfono móvil.
Actualmente, estos tests se realizan mediante muestra nasal o nasofaríngea y solo por profesionales sanitarios. Aunque su sensibilidad y especificidad es ligeramente inferior a las PCR, permiten disponer de los resultados en un cuarto de hora (lo que ayuda a tomar decisiones clínicas de forma más inmediata) y no necesitan una técnica compleja de laboratorio.
De hecho, algunos de estos sistemas de diagnóstico rápidos y portátiles también incluyen test de gripe, de manera que su uso permite a 15 minutos diagnosticar si un paciente sintomático tiene gripe, Covid-19, o ambas enfermedades. Una capacidad diagnóstica fundamental para los Servicios de Urgencia de los hospitales, la Atención Primaria, las residencias de ancianos, los colegios, las prisiones o las consultas de dentistas, entre otros.