La catalana Maria Branyas, la persona más anciana del planeta, ha cumplido este sábado 116 años. En un mensaje en la cuenta de Twitter Super Abuela Catalana, que gestiona su familia, Branyas cita al poeta y periodista checo Jaroslav Seifert, que también es Premio Nobel de Literatura: "He tenido que llegar a edad avanzada para aprender a amar el silencio... En el silencio aparecen señales emocionantes y en las encrucijadas de la memoria detectas nombres que el tiempo pretendía ahogar".
En respuestas a un cuestionario enviado por la ACN, Branyas cree que el secreto para su longevidad es "tener suerte" y "una buena genética". También receta una "buena alimentación", llevar un buen estilo de vida y tener una "buena relación" con la familia y amigos.
Branyas se convirtió en la persona más anciana del mundo el pasado enero, tras la muerte de la francesa Lucile Randon a los 118 años. Desde aquel momento, Branyas heredó automáticamente el título de acuerdo con el recuento que elabora desde hace más de 20 años el Grupo de Investigación Gerontológica, del grupo Guinness de los Récords Mundiales. Desde hace unos 20 años, Branyas vive en la Residencia Santa Maria del Tura, en Olot.
Nacida el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, California, en una familia catalana, Branyas llegó a Cataluña de pequeña y tiene recuerdos que se remontan a la Primera Guerra Mundial y a la Guerra Civil Española, según explicaba en 2019 en una entrevista a Catalan News.
En respuestas a la ACN, Branyas cree que haberse convertido en la persona más vieja del mundo no tiene ningún mérito por su parte, sino que han sido las circunstancias que la han llevado hasta aquí. También se sorprende por la repercusión que ha tenido: "No entiendo que sea una cosa tan importante".
De su infancia, tiene el recuerdo de su estancia en Nueva Orleans, donde vivió delante del Audubon Park. "Había unos árboles con las ramas torcidas que llegaban al suelo y yo siempre me subía", relata. También recuerda el 'Catalina', el nombre del barco que le "cambió la vida" y que asegura que marcó el destino de su familia.
A bordo del barco murió su padre, Joseph Branyas, con 37 años, a causa de una tuberculosis. Esto hizo que ya no volvieran a los EUA. Su primer recuerdo de Banyoles es el de su primera maestra, Anna Espectante, que tuvo durante 4 años.
En mayo de 2020, Maria Branyas se convirtió en la persona más anciana del mundo en sobrevivir a la covid-19 a la edad de 113 años.