Intenta matar a su expareja en la puerta de la escuela de su hijo

19 de noviembre de 2021 a las 17:59h

Se ha condenado a un hombre a cinco años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, para el cual aprecia el agravante de parentesco y el atenuante de alteración psíquica. El agresor apuñaló a su expareja en la puerta del colegio del hijo que ambos tenían en común. El penado no se podrá acercar ni comunicar con la víctima durante 15 años y la Sala le impone, además, la privación de la patria potestad del menor. Así lo ha dictado la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), condenado y víctima se divorciaron en octubre de 2013. El convenio regulador le atribuía a la madre la guarda y custodia del hijo y establecía los tiempos que el niño podía pasar con su padre, generalmente en fines de semana y algunas tardes.

Sin embargo, en enero de 2020, la madre interpuso una demanda para suspender el régimen de visitas del que disfrutaba el padre, ante el deterioro que detectó en este, que se comportaba de forma extraña.

Según recoge el relato de hechos probados de la sentencia, esta decisión causó una gran contrariedad al acusado, que decidió quitar la vida a su expareja para vengarse.

Así, el 12 de febrero de 2020, fue a la puerta del colegio de su hijo y, después de ver a la víctima, gritó su nombre. Cuando la mujer se acercó, le dio un papel con la intención de distraerla y la atacó por sorpresa con un cuchillo que le clavó dos veces en la espalda y otra en el abdomen.

RETUVO AL AGRESOR

Las puñaladas atravesaron el abrigo y la camisa de la perjudicada hasta que la hoja del arma se dobló. Aun así, le provocaron una herida superficial en la espalda, de la cual la mujer tardó cinco días en curarse y que le dejó como secuela una pequeña cicatriz. Después del ataque, varios padres que también esperaban a sus hijos retuvieron al agresor hasta que llegó la policía.

La resolución judicial refleja que el condenado tenía diagnosticada una enfermedad mental, que se había visto agravada con el consumo de fármacos y sustancias psicotrópicas y había incluido varios intentos de suicidio.

A esta situación se sumó, de acuerdo con el Tribunal, la novedad de la demanda judicial, que le sumió "en una gran frustración y contrariedad en aquello que suponía para su obsesiva idea de procurar la relación exclusiva de su hijo" y aumentó su "desequilibrio emocional con cierto nublamiento mental", necesitan los magistrados.

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