Greenpeace denuncia que la gestión del litoral catalán “ignora” la crisis climática, a raíz de una nueva edición del informe ‘Destrucción a toda costa’, que señala, desde el año 2000, el deterioro “imparable” de las costas españolas.
El informe detalla los impactos del cambio climático y el urbanismo en el litoral catalán, que se pueden visualizar en un mapa satelital, también elaborado por la ONG. En un comunicado, la coordinadora de campañas, Elvira Jiménez, acusa a la Generalitat de “mirar hacia otro lado”, “recuperar modelos litorales ya obsoletos” y“llevar al límite los ecosistemas costeros”.
Greenpeace denuncia que se siguen promoviendo construcciones y normativas que “facilitan la urbanización de los últimos tramos libres del litoral".

La ONG advierte de que se estima que el nivel del mar en Cataluña “se comerá una media de 26 metros de playa” y que las zonas que sufrirán más retroceso serán el Delta del Ebro (52 metros), el Llobregat y la Costa Dorada (23 metros).
Greenpeace avisa de que el aumento de temperaturas en el Mediterráneo es “especialmente grave”, ya que se calienta a un ritmo de dos a tres veces más que la media global y se encuentra en ola de calor marina constante desde noviembre de 2024.
La organización reclama medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y su población. Greenpeace indica que, con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero, se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo.
Greenpeace alerta de que se está produciendo una "reactivación urbanística que evoca los años de la burbuja inmobiliaria" y destaca también el anuncio para ampliar el aeropuerto de El Prat en Barcelona.