¿Es la sensación de total impunidad el principal causante del aumento de la violencia en Cataluña, y la constante sensación de impunidad total entre la población en las redes sociales está provocando un efecto llamada entre los criminales? ¿Quién debe ser responsabilizado por esta situación? ¿Debemos seguir normalizando el hecho de tener miedo de caminar por según qué zonas de nuestra ciudad y siempre pendientes del horario?
La estadística indica que en Cataluña han aumentado un 23,8% los delitos contra la libertad sexual, pasando de 2.292 en los primeros nueve meses de 2019 a 2.839 en el mismo período de 2022. Además, comparando años, las agresiones sexuales han subido un 30%, pasando de 419 a 545, mientras que el resto de delitos sexuales, como los abusos, crecieron un 22,4%, al pasar de 1.873 en 2019 a 2.294 en 2022. También suben en Cataluña otros delitos violentos como las lesiones y las peleas, un 21,68%, de 2.523-3.070, y los intentos de homicidio o asesinatos, de 142 a 154.
En 2022 las denuncias por delitos contra las personas –que incluyen hechos tan dispares como las agresiones sexuales, amenazas o lesiones–, por ejemplo, aumentaron, tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña. Las denuncias por violencia sexual, en concreto, crecieron un 25% y particularmente lo hicieron las que se presentaron contra agresores que eran menores de edad. "Los ciudadanos nos llaman más ahora que antes, hay más crispación en la calle, no es una cosa exclusiva de los jóvenes", explica un comisario de los Mossos.
Ciertamente, la imagen de los cuerpos policiales anunciando en las redes sociales la detención de criminales, que después la población descubre que han sido liberados de comisaría en menos de 24 horas no ayuda mucho a su credibilidad. Un hecho que preocupa y mucho, y resta credibilidad también al sistema judicial español, y más después de la rebaja de penas de este 2023.
Los medios, conjuntamente con los cuerpos policiales, tampoco colaboran mucho a la situación jugando a conveniencia con los hechos y los datos, olvidando que la violencia es violencia independientemente de quién la perpetre. Mientras que los crímenes cometidos por ciudadanos españoles tienen todos los altavoces mediáticos y se facilitan los datos personales y fotos de los agresores, los perpetrados por criminales de origen extranjero se silencian o se tratan como hechos de menos relevancia, e incluso se esconden los datos o no se hacen públicos, como así aseguraba ElNacional.cat, "los Mossos d’Esquadra, por un acuerdo con el Colegio de Periodistas, no facilita de manera oficial las nacionalidades de los detenidos desde hace un año para evitar promover el racismo".
El uso de espadas, cuchillos y otras armas blancas se dispara
Salir de casa con un cuchillo como el que puede contener una navaja suiza no está prohibido en España si la hoja mide menos de 11 centímetros. Sí que lo está, por el contrario, si supera esta dimensión o es un arma blanca de fácil ocultación, diseñada para pasar desapercibida. En los controles que llevan a cabo los policías, tanto los Mossos en entornos de ocio nocturno, cada vez aparecen más de estas armas en los bolsillos de jóvenes. "Nos dicen que tengamos cuidado cuando tenemos que identificar y registrar porque en según qué perfiles cada vez es más frecuente que encima encuentres una navaja", añade un agente que trabajaba en el distrito de Ciutat Vella.
El jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, en declaraciones a RAC1, reconoció que “es un fenómeno que preocupa”. "Desde principios de año, el cuerpo municipal ha realizado más de 1.700 intervenciones de objetos contundentes y armas.
Barcelona, capital de los atracos con ultraviolencia
Barcelona volvió a ser la ciudad con más robos con ultraviolencia e intimidación en todo el territorio español, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, las cuales apuntaban que hasta el tercer trimestre de 2022 se contabilizaron un total de 9.641 casos, lo que supuso un aumento del 30,7% respecto al mismo período del año 2021.
La BBC, 'Der Spiegel' y 'Frankfurter Allgemeine' han alertado estos últimos años de la "ola de crímenes" en Barcelona. Los medios reseñan los atracos con violencia a los turistas y bautizan la capital catalana como la “ciudad del crimen”.