Endesa invertirá en Cataluña en los próximos tres años (2021-2023) un total de 694 millones de euros brutos para mejorar sus infraestructuras de distribución. El objetivo es múltiple: por un lado, desarrollar, reforzar y hacer cada vez más inteligente la red eléctrica de alta, media y baja tensión en todas las comarcas donde opera la compañía con el fin de atender y dar respuesta a sus necesidades de crecimiento a más corto plazo; y, por otro, pero no menos importante, apostar de forma firme e inequívoca por la reactivación económica del país en este escenario marcado por la pandemia del coronavirus y todos sus efectos.
Para establecer este plan se ha escuchado al territorio y se han orientado las actuaciones para satisfacer sus requisitos más inmediatos. Así, se ha hecho una estimación de la evolución de la demanda para planificar las nuevas infraestructuras y el volumen y la ubicación de los nuevos suministros, y un reto ambicioso, ya puesto en marcha en ejercicios anteriores: avanzar aún más en la digitalización de la red para mejorarla y prepararla para nuevos usos energéticos. El horizonte con el que se trabaja es el de incrementar la capacidad de la red y ganar en robustez y flexibilidad con el fin de incrementar la calidad del suministro eléctrico a los casi 4,4 millones de clientes que la Compañía tiene en Cataluña.
Todas estas tareas requieren la implicación de personal técnico. Así, no está de más subrayar que la actividad de Distribución de Endesa en Cataluña genera y garantiza casi 5.000 puestos de trabajo, entre plantilla de la propia Compañía (1.394 personas) y contratistas y subcontratistas (3.600 personas).
En este sentido, el plan de inversiones prevé desarrollar las infraestructuras necesarias tanto en alta como en media y baja tensión. La repotenciación de la red mallada de alta tensión, así como la ampliación y entrada en funcionamiento de nuevas subestaciones, nuevas líneas de alta tensión, y renovación y ampliación de la red de media tensión, serán elementos esenciales no sólo para asegurar y reforzar la calidad del servicio sino para dar respuesta al crecimiento vegetativo del mercado, atender eventuales puntas de consumo y a los volúmenes y la ubicación exacta de los nuevos suministros que pueda haber en un futuro. Un plan específico para la red de baja tensión redondeará estas actuaciones.
Este plan trienal repercutirá en la totalidad del territorio, pero se ha hecho un esfuerzo económico adicional en cuatro áreas concretas (zonas de intervención prioritaria) que, a pesar de que cumplen los requerimientos legales de calidad, requieren una atención específica: la plana de Lleida, para reducir el número de microcortes que se producen por diferentes motivos, y los dos polos turísticos del litoral catalán: la Costa Brava y la Costa Dorada, donde cada año requieren nuevas actuaciones, que se ejecutan, como es natural, fuera de la temporada de verano, con el fin de afectar lo mínimo posible a esta actividad. También se realizará una inversión extraordinaria en las comarcas afectadas por el temporal Gloria ocurrido a finales del pasado mes de enero, para hacer las redes eléctricas más resilientes de cara a fenómenos meteorológicos tan virulentos.
Uno de los ejes principales para los próximos ejercicios serán todas aquellas actuaciones encaminadas a adecuar líneas eléctricas aéreas –básicamente ubicadas en entornos naturales- susceptibles de representar un riesgo para la avifauna existente, sea por impacto o electrocución. Si bien son intervenciones que se vienen llevando a cabo desde hace años, las previsiones de este año tendrán un papel prioritario hasta el punto de que se está trabajando en un plan específico, coordinado con Medio Natural de la Generalitat de Cataluña.
La introducción o incremento de nuevas tecnologías y la apuesta por el desarrollo de las redes inteligentes, también llamadas smart grids, es una de las prioridades de la Compañía para poder gestionar los nuevos usos energéticos como son la generación distribuida, el autoconsumo o la movilidad eléctrica. Este plan incluye, pues, dotar a las infraestructuras e instalaciones de los últimos avances tecnológicos en automatización basada en el uso de sensores y nuevos modelados para hacer la transición de la red eléctrica actual a la digital de manera progresiva y ganar, así, en seguridad y fiabilidad, a la vez que se mejora la calidad y la continuidad del servicio a todos los clientes.
