Unas excavaciones arqueológicas donde hay los restos de un antiguo fuerte de tropas auxiliares romanas, han resultado en un hallazgo inesperado y, como mínimo, curioso: una pequeña piedra con un pene y un mensaje grabados por un soldado romano hace más de 1.700 años y que iban dirigidos a alguien llamado Secundinus.
Situado en Vindolanda, que marcaba el límite septentrional del Imperio, se conoce la existencia desde el siglo XVI, pero las excavaciones serias no empezaron hasta los años 30 del siglo XX, después de algunos intentos anteriores. Desde entonces se ha seguido investigando el lugar, donde hay depósitos muy profundos y que, gracias a la falta de oxígeno, han conservado muy bien los objetos que contenían, entre los cuales hay más de cien peines y también tablillas con textos escritos en madera.
Estas tablillas, justamente, están entre los documentos escritos más antiguos que se han encontrado nunca en el Reino Unido. La mayoría son comunicaciones oficiales de los militares, aunque también hay mensajes de los soldados a sus familias, a partir de los cuales se ha podido conocer mucho sobre cómo vivían los soldados del fuerte.
Este último hallazgo, tan sorprendente, es una pequeña piedra de unos 40 x 15 centímetros. En el momento de ser descubierta, lo primero que llamó la atención era el inconfundible dibujo de un pene. Después, los expertos consiguieron descifrar qué había escrito al lado: "Secundinus, el cagón". Lo que lo hace tan especial no es solo el insulto: aunque en Vindolanda ya se habían encontrado 12 penes grabados, este parece, por el texto que lo acompaña, que tenía un significado diferente que el de símbolo de fertilidad que le daban habitualmente los romanos.
Así pues, a través de más de 17 siglos, el mensaje de un soldado enfadado, quién sabe por qué razón, ha dado una sorpresa divertida a los arqueólogos que estudian uno de los yacimientos más interesantes.
