Nuevo caso de violencia machista, esta vez en Alemania. Una mujer de 33 años habría sido asesinada presumiblemente por su expareja, quien la habría estrangulado utilizando el tubo de una pipa de agua. Los hechos ocurrieron el pasado jueves y, ante los gritos de auxilio, un vecino alertó a los cuerpos de seguridad.
Cuando los servicios de emergencia llegaron al piso, encontraron a un niño de 2 años abrazado al cadáver de la víctima, su madre. A pesar de los intentos por reanimarla, solo se pudo certificar su muerte. El cuerpo presentaba síntomas de violencia, así que la policía abrió una investigación para encontrar al supuesto asesino.
Horas más tarde, se detuvo al principal sospechoso del crimen, un hombre de 35 años que era la expareja de la víctima y padre del niño. Según han explicado fuentes policiales, la pareja hacía pocas semanas que se había separado y él se había ido a vivir a otro apartamento, aunque guardaba unas llaves de repuesto del domicilio de la víctima que habría utilizado para poder cometer el crimen.
Los medios locales apuntan a que la víctima ya había denunciado al presunto asesino por una agresión el pasado mes de julio después de que la hubiera apaleado y le hubiera roto la nariz. Aunque la causa de la muerte aún no se ha confirmado, las pruebas apuntan al hecho de que el hombre la habría estrangulado hasta matarla. Los investigadores también deben confirmar si el niño que abrazaba a su madre muerta presenció directamente el asesinato.