El monitor juzgado por violar a un menor discapacitado niega las acusaciones y dice que tenía disfunción eréctil

23 de mayo de 2023 a las 13:28h

El monitor de un centro de menores de Teià juzgado por violar varias veces a un niño de 13 años discapacitado en 2014 ha negado este martes las acusaciones y ha asegurado que él padecía una disfunción eréctil que le imposibilitaba penetrar a nadie. El hombre ha apuntado como posible causa de la denuncia que el chico tiene una patología mental y quizás quiere ser el "centro de atención". Además, ha relatado que la madre del chico flirteó con él y cuando le dijo que era gay, se lo tomó "mal". También tuvieron un pequeño enfrentamiento por el hecho de que el niño fuera operado de fimosis, cosa que la madre no aceptó. Dos psicólogas han discrepado sobre el hecho de que el chico pudiera inventarse unos hechos tan graves. El hombre se enfrenta a 67 años de prisión.

El acusado trabajó en el centro desde finales de octubre de 2013 a principios de enero de 2014 como monitor de día, y desde entonces hasta el 24 de agosto de 2015 en el turno de noche. Según las acusaciones, entre abril y noviembre de 2014 y aprovechando la situación del menor y el hecho de que él era el único vigilante de noche, le hizo tocamientos y le obligó, "con fuerte conminación", le hizo penetraciones bucales y anales.

Así, en abril, cuando los dos volvían en coche de la prisión de mujeres de Barcelona para visitar a la madre del chico, lo llevó a una zona boscosa aislada, cerca de Teià (Maresme), le pidió como "favor" al que no se podía negar, que le hiciera una felación. A continuación, le amenazó con que si decía algo lo trasladarían a un centro de menores delincuentes, cosa que intimidaba a la víctima.

En julio de 2014 el acusado llevó a la víctima y a otros menores al cine. Como que la víctima se portaba mal, el acusado lo llevó a un rincón apartado para reñirle y le tocó los genitales.

Entre julio y agosto de 2014 el acusado hizo ir al menor a su despacho a las 12 de la noche y lo invitó a ver un documental. Cuando terminaron, lo hizo acompañar a la zona del centro donde se guardan los cochecitos para bebés. Allí, lo hizo desnudar y lo penetró analmente en el suelo. La víctima lloró de dolor, y el acusado lo calmó y lo llevó a la cama para dormir.

Cuatro semanas después de estos hechos, hacia septiembre, el acusado le recriminó al menor que hablara tanto con el subdirector, lo llevó a la zona de los cochecitos, le dio una bofetada y lo volvió a penetrar analmente. Finalmente, entre septiembre y octubre, la situación se repitió y el menor acabó llorando y vomitando.

El menor explicó los hechos a raíz de una charla sobre abusos sexuales por parte de una enfermera, seguida de una conversación que tuvo una psicóloga en noviembre de 2017 en Barcelona. Entonces le explicó a su madre, que ya había salido de prisión. Desde entonces el menor tiene estrés postraumático y se le han agravado otros síntomas que ya tenía como aislamiento, ideas suicidas, conducta sexual desinhibida, masturbación compulsiva, tristeza, desconfianza y culpabilización. La mujer dio plena credibilidad a su hijo, y este lunes explicó durante el juicio que ella se quedó en shock y que inicialmente no supo reaccionar.

Por todo ello, fiscalía y acusación le piden 67 años de prisión por cuatro delitos de agresión sexual con penetración y uno de agresión sexual, además de inhabilitación para trabajar con menores y discapacitados, prohibición de aproximación a las víctimas y libertad vigilada. También le piden 80.000 euros de indemnización por los daños morales y las secuelas psicológicas, que deberían pagar el centro o la DGAIA.

Sobre el autor
C CIUTAT
Redacció
Ver biografía
Lo más leído