El origen del coronavirus SARS-CoV-2 sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la biología. Desvelarlo es importante para prevenir futuras olas de Covid-19 y también para acallar teorías conspiranoicas.
Se supo muy pronto al inicio de la pandemia que el nuevo coronavirus comparte más del 96% de su genoma con un coronavirus que infecta a los murciélagos. Ahora, un trabajo de un equipo internacional ha intentado reconstruir el árbol genealógico del SARS-CoV-2.
Los resultados del estudio se han publicado en el último número de la revista Nature Microbiology y determinan que el linaje de ambos coronavirus se separó hace entre 40 y 70 años. Esto significa que el SARS-CoV-2 lleva bastantes décadas circulando entre los murciélagos.
Esto "se ve claramente en nuestros análisis", escriben en su artículo los autores, que además lanzan una advertencia: en este tiempo se pueden haber diferenciado más linajes con los rasgos adecuados para infectar a los humanos.