La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 43 años como presunto autor de un robo con intimidación con arma blanca en el interior de una céntrica ferretería de la ciudad. El arrestado, armado con unas tijeras, obligó a las empleadas a tirarse al suelo mientras robaba el dinero de la caja para luego huir a la carrera.
Fueron varios policías de paisano los que lograron arrestar al hombre a dos calles del suceso gracias a la información de las empleadas del negocio. Finalmente, se ha recuperado íntegramente el botín junto con el arma que usó durante el asalto. Asimismo, ya ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Alicante, según ha informado la Prefectura en un comunicado.
Los hechos ocurrieron cuando un individuo entró en una conocida y céntrica ferretería del centro de Alicante a quien las dependientas tuvieron que llamar la atención porque no llevaba la máscara puesta y, además, estaba fumando.
Igualmente, el individuo se escondió detrás de una estantería unos segundos y luego se dirigió hacia el mostrador donde se encontraban las dos dependientas. Así, tomó unas tijeras que había sobre el mostrador y les gritó que se tiraran al suelo mientras que el arrestado sacaba el dinero de la caja registradora y tomaba un teléfono móvil de una de las empleadas.
De esta manera, se marchó con el teléfono y con el botín, no sin antes ponerse agresivo golpeando la caja registradora violentamente y amenazando a las empleadas con "pincharlas si se movían". No obstante, las empleadas, a pesar de la violenta situación sufrida, se repusieron reaccionando rápidamente y, mientras una de ellas avisaba a la Policía, otra asomaba la cabeza a la calle para ver la dirección que tomaba el autor, al mismo tiempo que alertaban a otro empleado para que lo siguiera.
Después de avisar a los agentes, varios efectivos que se encontraban próximos al lugar de los hechos identificaron visualmente al individuo a dos calles del establecimiento gracias a las características aportadas por las víctimas, mientras era perseguido por uno de los empleados.
Así pues, los agentes se acercaron a él adoptando las medidas de precaución pertinentes dada la concurrencia de gente que había en la vía pública y lograron detenerlo sin ningún riesgo para los viandantes.
En el momento del arresto, el detenido llevaba aún las tijeras con las que amenazó presuntamente a las víctimas, así como 628 euros en efectivo y el teléfono móvil de una de las empleadas, el cual llevaba oculto entre sus pantalones.
