¿Cuál es el origen de los alimentos más navideños?

23 de diciembre de 2022 a las 12:44h

Las fiestas de Navidad son esa época del año en la que no nos privamos de nada. A unas comidas y cenas abundantes les suceden largas sobremesas que van siempre acompañadas de varios dulces típicos de nuestra geografía. Junto con los regalos, el factor culinario es probablemente uno de los rasgos más característicos de las reuniones familiares en cada casa. Ahora bien, en muchos casos, desconocemos de dónde proviene la costumbre de los galets en la sopa o de llenar las mesas de turrones y polvorones.

El dulce más replicado

Uno de los postres más famosos para esta época es probablemente el turrón. Su origen es incierto, aunque se cree que la raíz del turrón artesano se encuentra en la cuenca mediterránea. Es posible incluso que las culturas clásicas como los griegos conocieran una especie de alimento similar al turrón original, hecho a base de miel y frutos secos. A la península entró a través de los árabes y es entonces cuando la provincia de Alicante, rica en los ingredientes necesarios del turrón, se convirtió en el punto neurálgico de este alimento en España.

En un principio, fue Felipe II quien lo incorporó a la gastronomía navideña y su primera mención oficial se data del año 1582, cuando un texto alicantino relataba la tradición de pagar los salarios de las fiestas de Navidad con dinero y un presente en forma de turrón.

De todos modos, podríamos decir que del turrón original queda bien poco. Actualmente, algunos conservan estos orígenes, pero muchos otros han degenerado hacia simples barras de chocolate. Además, también han cogido peso los turrones blandos, que nacieron en un contexto de escasez. Cuando en el siglo XVIII creció tanto este dulce, la escasez de materiales obligó a añadir azúcar a la mezcla, que desencadenó en esta textura más blanda.

Típico del sur

Los polvorones o mantecados (diferenciados el uno del otro por las proporciones de almendra y harina) son otro de los dulces más famosos de la Navidad. En este caso, el origen sí que es español. Los municipios andaluces de Estepa y Antequera se reivindican como los creadores, pero existe documentación del año 1740 que ubican su nacimiento en Morón de la Frontera (Sevilla). El libro de recetas de Rosa María Calvillo de Teruel hablaba de cómo se hacían “las tortas del Morón” y las “tortas de polvorón”, que llevaban harina, manteca y azúcar. Sin embargo, es finalmente Micaela Ruiz Téllez quien incorpora modificaciones como tostar la harina o el secado exterior, unos cambios que propiciaron su comercialización y la textura que encontramos hoy.

En 1844 ya se comían por Navidad polvorones del Morón en Andalucía. Sin embargo, el avance de la comercialización del producto y las migraciones después de la guerra civil fueron los detonantes definitivos para que llegaran a las casas de todos los catalanes.

Galets vallenses

Más allá de los dulces, el alimento más destacable de la Navidad en Cataluña es la escudella. De hecho, uno de los elementos más característicos de este plato, el galet en la sopa, fue idea de un fabricante de fideos de Valls de principios del siglo XX, Tomàs Guinovart. La historia comenzó cuando Tomàs fue a pasar la Navidad en Barcelona, donde la comida tradicional era la sopa de macarrones con queso rallado. Una vez lo probó, encontró que los macarrones eran muy difíciles de comer con cuchara porque se escurrían todo el rato. Este hecho le empujó a buscar una solución.

Después de darle vueltas, Tomàs Guinovart decidió crear un macarrón más grande y con la forma de lo que conocemos como galets, el cual se acoplaba mucho mejor a la cuchara. Al ver aquella nueva pasta, la dueña de la casa quedó encantada e incluso quiso rellenarlo con la pelota de la escudella. Años después, la costumbre se extendió por el territorio hasta el punto de ser seña de identidad de la Navidad catalana.