Realizar ejercicio físico y ponerse en forma después de las vacaciones es uno de los propósitos que suele caer en saco roto para muchas personas. El hecho de volver a la rutina, al trabajo y tener menos tiempo libre hace que muchas personas decidan dejar de lado el ejercicio físico.
Si somos el tipo de persona que trabaja en oficinas, frente al ordenador muchas horas y, en consecuencia, realizando un trabajo sedentario, el sobrepeso u otros problemas de salud pueden llegar a surgir si no procuramos mantener una rutina de ejercicio constante.
Así que, hay que recordar una vez más los beneficios psicológicos y físicos que se obtienen si logramos marcarnos una rutina cada día que nos permita quemar calorías. Para lograrlo, no es necesario ni de lejos apuntarnos a un gimnasio, ya que hay una amplia variedad de ejercicios que pueden disminuir el impacto negativo que conlleva realizar trabajos sedentarios. A continuación, ofreceremos varios consejos para lograr quemar calorías mientras trabajamos.
Una de las fórmulas más eficaces para lograr reducir peso es, sin duda, acelerar nuestro metabolismo. En otras palabras, no se trata solo de hacer ejercicio, sino que debemos ejercitar el metabolismo basal, que consiste en que las calorías se consumen cuando estamos en reposo.
Una de las maneras de aumentar el metabolismo basal es con el NEAT (Termogénesis de Actividad No Ejercicio), que se trata de actividades habituales que solemos realizar y que afectan directamente a las calorías que quemamos. Algunos ejemplos rutinarios serían subir escaleras o caminar hacia nuestro trabajo.
Hacer ejercicio físico acaba suponiendo el 15-30% del total del gasto calórico total. A pesar de esto, dependiendo del ejercicio que realicemos consumiremos más o menos calorías. Por ejemplo, el entrenamiento con pesas nos permite crear músculo, de manera que, si ganamos masa muscular, aumentaremos las calorías quemadas mientras estamos en reposo.
Así que, después de una sesión de entrenamiento, nuestro cuerpo sigue quemando calorías durante 24 horas. En otras palabras, cuando estamos trabajando de forma sedentaria, el cuerpo aprovecha ese momento para recuperar energía, tejer tejido muscular y quemar más calorías.