El Ayuntamiento de Callús, en coordinación con la Subdirección Regional de Salud Pública de la Cataluña Central, ha cerrado de forma definitiva la piscina municipal por un brote de gastroenteritis. Según informan en un bando, la semana pasada ya se cerró la piscina pequeña como medida preventiva tras conocer diferentes casos de infección gastrointestinal y la comunicación de un usuario con infección por 'cripstosporidium'. Actualmente se está trazando un mapa de personas que podrían haber estado infectadas por el parásito. Si bien la infección puede ser asintomática, en la mayoría de los casos conlleva diarreas que pueden durar en alguna ocasión hasta seis semanas y ser más graves en caso de enfermedades crónicas o personas inmunosupresoras.
El período de incubación es de uno a doce días y el mecanismo de transmisión es fecal-oral -el hecho de tragar agua lúdica afectada- así como la contaminación cruzada de manos infectadas y de superficies.
Según el comunicado, "aún no se ha encontrado el causante último de la infección gastrointestinal que han sufrido o sufren estas personas, sí que se ha evidenciado que todos ellos presentan sintomatología compatible con la infección por 'cripstosporidium'" y , por lo tanto, "se resuelve que las instalaciones de la piscina pueden estar comprometidas con el parásito".
Ante este hecho, se ha ordenado el cierre definitivo de la piscina a partir de este miércoles a la espera de un análisis exhaustivo de las aguas y sus entornos y poder hacer el tratamiento oportuno. También remarcan que desde el consistorio se dispone de todos los controles requeridos por los criterios técnicos sanitarios y que se ha actuado en todo momento de forma proactiva con la voluntad de proteger a la población y siguiendo las indicaciones de la Secretaría de Salud Pública.