Cataluña es la comunidad donde más impuestos se pagan, tanto para las rentas bajas, medias y altas. Según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF), elaborado por el think tank Tax Foundation y la Fundación para el Avance de la Libertad, en colaboración con el Instituto Ostrom, Cataluña es el único territorio del Estado que cuenta con quince tributos adicionales. Este es uno de los motivos por los cuales suspende en competitividad fiscal con una nota de 4,63 puntos sobre 10, seguida de Aragón y Asturias.
En la otra parte del ranking aparecen la Comunidad de Madrid y las provincias vascas de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, donde los impuestos son más bajos. De hecho, según los cálculos del estudio, un contribuyente de Cataluña, soltero y sin hijos con un sueldo de 30.000 euros anuales, paga 325 euros más anualmente en IRPF que uno de Madrid.
El territorio catalán, tal como describe el documento, "cuenta con el doble de impuestos autonómicos que las otras comunidades" y tiene "grandes deficiencias en la estructura del Índice del Impuesto sobre la Renta, Patrimonio y en el Impuesto sobre Sucesiones". Así, la comunidad se sitúa en la última posición de la lista de competitividad fiscal con una calificación que no llega al aprobado.
NUEVOS IMPUESTOS PROPIOS
Según el IACF, en los últimos cuatro años Cataluña ha ido introduciendo "nuevos impuestos propios" adicionales hasta llegar a los quince que tiene actualmente. En 2020 se redujeron las bonificaciones al Impuesto sobre Sucesiones y se reintrodujeron los coeficientes multiplicadores en función del patrimonio preexistente. El mismo año, la administración incrementó también hasta dos puntos - un 51%- el tipo marginal del Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).
En este sentido, el Instituto Ostrom ve "contraproducente" lograr una consolidación fiscal aumentando los impuestos sobre una base productiva "ya muy debilitada", y recomienda emprender "reformas estructurales" para favorecer la competitividad y la productividad de la economía catalana. Asimismo, pide "un plan creíble de ajustes a largo plazo" para amortizar el aumento de la deuda que se producirá durante los próximos meses.
"La era digital conllevará una mayor movilidad del factor trabajo y de los activos intangibles; las regiones que entiendan la importancia de la competitividad fiscal instaurarán sistemas tributarios para el talento y la inversión empresarial nacionales e internacionales", destaca el director de investigación del Instituto Ostrom, Martí Jiménez-Mausbach.
En este sentido, el think tank propone instaurar un tipo único en el tramo autonómico del IRPF, subir el mínimo exento del IRPF no sujeto a retención para las rentas bajas y eliminar los impuestos de patrimonio y sobre transmisiones patrimoniales.
