Una pelea en una discoteca catalana deja a un hombre con secuelas de por vida

13 de abril de 2023 a las 08:16h

La Audiencia de Girona ha juzgado este miércoles a un acusado que se enfrenta a 8 años y medio de prisión por dejar inconsciente a un hombre de un puñetazo en el exterior de una discoteca de Empuriabrava (Alt Empordà) la madrugada del 16 de agosto de 2015.

Las acusaciones sostienen que, como consecuencia del ataque, la víctima sufrió lesiones graves y han quedado secuelas como pérdida de oído, acúfenos, estrés postraumático y deterioro de las funciones cerebrales. "Mi vida se detuvo y he perdido ocho años", ha afirmado la víctima que remarca que no ha podido volver a trabajar. El procesado lo niega.

Según su versión, el perjudicado iba "muy bebido", intentó atacarle a raíz de una discusión y cayó al suelo "solo".

El fiscal y el abogado de la víctima acusan al procesado de un delito de lesiones que causan "la pérdida de sentido" o "una enfermedad somática o psíquica grave" y piden que le impongan una pena de 8 años y medio de prisión. En concepto de responsabilidad civil, quieren que el procesado indemnice a la víctima con más de 29.000 euros por las lesiones y las secuelas causadas. La defensa pide la absolución.

Los hechos tuvieron lugar sobre las seis de la mañana del 16 de agosto de 2015 en el exterior de una discoteca situada en la zona de los Arcos de Empuriabrava. El relato de los implicados, sin embargo, es totalmente opuesto y la clave del juicio está en determinar si el procesado le clavó un puñetazo a la víctima, tal y como sostienen las acusaciones, o si las pruebas indican que la víctima cayó al suelo y se golpeó la cabeza, que es la tesis de la defensa.

El juicio ha comenzado con la declaración del acusado. El procesado ha negado que trabajara de camarero en el local y ha precisado que sólo estuvo detrás de la barra "máximo 20 minutos" para echar una mano a un amigo suyo que regentaba la discoteca. Fue entonces cuando tuvo un primer enfrentamiento con el grupo de la víctima. Según su versión, iban "completamente borrachos" y se resistían a pagar una consumición que habían pedido.

Más tarde, y sin que este primer tira y afloja fuera a más, uno de los acompañantes de la víctima intentó servirse una bebida de una botella que llevaba del exterior. El procesado ha asegurado que, por eso, le hizo salir del local. La víctima le siguió, llevando un vaso en la mano. Ya en el exterior, y siguiendo la versión del acusado, los dos hombres se "pusieron agresivos" e intentaron entrar de nuevo. Entonces, la víctima se le abalanzó encima, él se apartó y acabó cayendo al suelo: "No pudo poner las manos porque estaba alcoholizado y se oyó un golpe muy fuerte".

Puñetazo directo

La víctima, que ha declarado después del acusado, ha dicho que aquella noche no bebió ni una gota de alcohol porque era el conductor. Como estaban celebrando el fin de las vacaciones, sí que pidieron una copita de champán en este local.

Según ha explicado, todo esto pasó con normalidad, pero, en un momento determinado, vio como uno de sus acompañantes salía fuera y que "el camarero" le seguía con actitud agresiva. Por eso, decidió también salir al exterior.

Allí, vio como el procesado le vaciaba el contenido de una botella de vodka en la cabeza de su amigo. "Sólo le puse la mano en el brazo, con actitud calmada, para decirle que habíamos pagado nuestras consumiciones y que no queríamos problemas", ha dicho. A partir de aquí, ya no recuerda "nada" hasta dentro de tres meses. Los dos amigos que le acompañaban han declarado que vieron "claramente" como el procesado le clavaba el puñetazo en la zona de la sien: "Se quedó inconsciente antes de tocar el suelo".

Los forenses han expuesto que las lesiones son consecuencia de un traumatismo directo y fuerte y de un impacto "con mucha energía". Aunque no es del todo descartable en función de cómo fuera la caída, uno de los peritos sí que ha expuesto que difícilmente se podrían sufrir las lesiones de la víctima de esta manera.

Según recoge el escrito de acusación de la fiscalía, la víctima sufrió dos hemorragias cerebrales y una fractura temporal. Estuvo ingresado 28 días y necesitó 400 días para curarse. Entre las secuelas que ha explicado la víctima que sufre hay psiquiátricas porque sufre pánico y no puede salir solo a la calle y también de las funciones cerebrales como pérdida de memoria o déficits de concentración.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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C CIUTAT
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