Abusa sexualmente de su hija de 13 años

20 de mayo de 2022 a las 08:24h

La Audiencia de Girona ha juzgado este jueves a un padre que se enfrenta a 11 años de prisión por abusar sexualmente de su hija de 13 mientras dormía en el domicilio familiar de Blanes (Selva). La fiscalía sostiene que el padre perpetró los abusos la madrugada del 22 de junio de 2019, aprovechando que estaba solo en casa con la menor y su hermano porque le tocaba régimen de visita.

La víctima ha relatado que se despertó porque notaba que alguien le estaba tocando las piernas y que se dio cuenta de que era su padre, que fue subiendo la mano "poco a poco" hasta llegar a los genitales. El acusado lo niega, dice que es "impensable" que hiciera tocamientos a su hija y atribuye la denuncia a desavenencias económicas y a que se negó a llevarla a una competición de baile.

Los progenitores de la víctima hacía años que estaban separados y la adolescente pasaba los fines de semana con el padre. La fiscalía sostiene que fue durante una de estas estancias, concretamente la del fin de semana del 22 de junio de 2019, que el hombre abusó sexualmente de la menor mientras dormía.

En el juicio, que se ha hecho en la sección tercera de la Audiencia de Girona, la víctima ha explicado que era un fin de semana "normal". Su padre la fue a recoger a casa de la madre y, juntos, fueron hacia el domicilio de Blanes. También estaba con ellos otro hijo del procesado, y hermanastro de la víctima, que entonces tenía 5 años.

La adolescente ha explicado que, cuando llegó la hora de ir a dormir, su padre y su hermano se adelantaron pero ella también decidió ir porque estaba cansada y tenía sueño. Según su relato, el procesado y el niño se estiraron juntos en un colchón mientras que ella se puso a dormir en el otro.

Cuando ya hacía un rato que dormía, y según el relato de la víctima, notó "que alguien" le tocaba la pierna. Entonces, se dio cuenta de que su padre ya no estaba en el colchón con el hermano y que estaba situado en la zona de los pies de su cama. La chica ha expuesto que fue subiendo la mano "muy poco a poco" hasta llegar a tocarle los genitales. Los tocamientos, ha precisado, fueron por debajo de la ropa y el hombre le acabó introduciendo "uno o dos dedos" en la vagina.

La víctima ha expuesto que sintió "asco" y también tuvo "miedo" de la posible reacción de su padre si sabía que se había despertado: "Me hice la dormida pero fui moviendo las piernas y girándome para que parara. No sé cuánto rato fue, pero a mí se me hizo eterno". En ese momento, ha explicado que llegó la mujer de su padre de trabajar y eso hizo que el hombre parara y saliera de la habitación.

Pero ha expuesto que poco rato después volvió a entrar en el dormitorio y le volvió a hacer tocamientos. La menor ha declarado que, de nuevo, el padre salió de la habitación, en esta ocasión para ir al lavabo. Fue el momento que aprovechó para ir a explicarle a su madrastra lo que había pasado. A raíz de esto, la mujer le dijo que durmiera en la habitación de matrimonio y el padre se quedó a dormir en la sala de estar.

"Aberrante"

"A mí me vino mi mujer a decirme cosas inverosímiles y no entendía qué me decía", ha afirmado el acusado que niega haber hecho tocamientos a su hija. El procesado ha expuesto que por su "ética" es "impensable" haber abusado sexualmente de la adolescente y, de hecho, lo ha calificado como "aberrante".

El acusado sostiene que siempre había tenido buena relación con la adolescente pero que en los últimos meses se había ido "deteriorando" porque la niña había "cambiado". En este sentido, sostiene que la menor se interesaba por el dinero: "Muchas veces me preguntaba si ya había cobrado. Si le decía que no, decía que no quería venir porque aquel fin de semana no haríamos nada". También ha apuntado que hubo una disputa porque le requisaron el móvil porque había suspendido "todas las asignaturas".

El padre atribuye la denuncia a estas desavenencias y a que el día 22 de junio -el día después de los presuntos tocamientos- se negó a llevarla hasta Canet donde tenía una actuación de baile. "Siempre se enfada mucho cuando quiere algo y no se le da, pero es que no tenía gasolina ni dinero", ha añadido. Sólo la acercó hasta casa de su madre.

Cuando llegó allí, la menor se puso a "llorar desconsoladamente", ha explicado la madre. De entrada, le dijo que era porque el padre no la quería llevar a bailar pero, una vez el ahora acusado se hubo marchado, le explicó que había abusado de ella durante la noche. Aquella misma tarde fueron a interponer la denuncia y, según han dicho, tampoco acabaron yendo a la exhibición que tenía en Canet.

Los forenses no encontraron ninguna lesión en los genitales de la víctima. Los psicólogos del equipo de asesoramiento técnico penal sostienen que la menor tiene sintomatología compatible con el estrés postraumático y han calificado su relato de persistente, creíble y vivenciado.

El fiscal le acusa de un delito de abuso sexual a menor de 16 años con acceso carnal con el agravante y pide 11 años de prisión, 10 de libertad vigilada y que no se pueda acercar a menos de 500 metros ni comunicarse con la menor durante 10 años. En concepto de responsabilidad, solicita que indemnice a la hija con 20.000 euros por daño moral.

Además, la acusación pública también pide al tribunal que acuerde la expulsión del acusado del país una vez cumplidas tres cuartas partes de la condena o cuando acceda al tercer grado. El hombre es originario de Chile.

La defensa pide la absolución. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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C CIUTAT
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