El ministro de Transportes, Óscar Puente, es partidario de eliminar la gratuidad de los abonos de Cercanías y de media distancia y sustituirla por ayudas a los usuarios habituales, a los jóvenes y a personas económicamente vulnerables.
La gratuidad expira el 31 de diciembre, y según Puente, en estos momentos el ejecutivo “delibera” sobre si hay que darle continuidad.
De momento, Puente apuesta por suprimirla.
La gratuidad, ha dicho, “es positiva desde el punto de vista fiscal, pero no es la más adecuada desde la óptica del transporte, porque creemos que la apuesta económica que hay que volcar sobre el transporte público pasa por la calidad, el aumento de la oferta, las frecuencias y el confort”.
Según Puente, en el caso de que el gobierno español acabe suprimiendo la gratuidad, “no será a cambio de nada”. “Habrá medidas de apoyo a los usuarios recurrentes, a los más vulnerables económicamente, a los más jóvenes, de manera que trabajemos en alternativas que permitan bonificar al usuario que utiliza el transporte público para ir al trabajo, a su lugar de estudios cada día, a los más jóvenes, que tienen más complicado pagar el transporte público, o a las personas que se encuentran en una situación social de vulnerabilidad”.
Por tanto, según Puente, si establecen ayudas sobre estos tres colectivos “la fotografía final no variará demasiado”.
“Apostaremos, si se hace, por una eliminación de la gratuidad general, pero mantendremos políticas de ayudas al billete que son más interesantes y alineadas con la política del transporte público que queremos seguir”.
