Los campesinos continuarán con el bloqueo de Puigcerdà “como mínimo hasta el jueves”

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Los campesinos concentrados en Puigcerdà continuarán con el corte de la N-152 en ambos sentidos de la circulación para exigir herramientas de regulación de los mercados “como mínimo hasta el jueves”. Así lo ha señalado el ganadero de Casa Cerdanya (dedicada a la venta de carne ecológica de alta montaña), Josep Altimiras, quien ha explicado que el permiso para bloquear el paso finaliza el 29 de febrero, pero que la voluntad de los manifestados es intentar alargarlo dos días más.

Altimiras proclama que los cortes del paso fronterizo son “una medida de presión” para reclamar una “preferencia comunitaria de los productos agrarios en la Unión Europea” para encauzar la caída de los precios en origen y hacer frente al encarecimiento de los costes de producción. Por otro lado, los campesinos piden “menos burocracia, la recuperación de pastos y solucionar los problemas con la fauna salvaje”.

Además, exigen el “cese inmediato” de las negociaciones de tratados de libre comercio. y la salida de la agricultura y la alimentación de las actuales reglas de la Organización Mundial del Comercio, “para que se deje de favorecer a otros sectores de la economía en detrimento de los productos agroalimentarios locales”. Desde la Unió de Pagesos también solicitan “una revisión de la Directiva europea de prácticas desleales a la cadena alimentaria”.

Los protestantes que se han acercado a Puigcerdà no sólo son de La Cerdanya, sino que muchos de ellos han venido desde El Bages, de El Berguedà y de L’Alt Urgell. De momento, quedan a la espera de una “respuesta que tenía que llegar hace días” a sus peticiones por parte de la Generalitat de Cataluña. “La única cosa que nos han dicho es que están estudiando la situación”, afirma Altimiras.

Preinscripción agenda 2030

Entre las reivindicaciones de los campesinos se pide la derogación de la agenda 2030, que ha generado “sorpresa” en la comunidad científica. “La agenda pide incrementar la producción agrícola, pero en el sentido de que sea una producción resiliente y adaptada al cambio climático”, declaró el pasado 12 de febrero la directora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB, Isabel Pont.

Sin embargo, el sector primario considera que “estos cambios que exigen son muy costosos”, por lo que “continuar con el oficio se complica cada vez más”, apunta un manifestante que ha venido con el tractor desde Guardiola de Berguedà y quien ha querido hacer declaraciones de manera anónima.

Este hombre comenta que hace seis años que tiene ganado, pero que recientemente ha tenido que vender las ovejas y quedarse solo con las vacas “por no tener más pérdidas de dinero”. Tiene 38 años y reconoce que si pudiera volver al pasado, no volvería a dedicarse al campo.. “A la juventud yo le digo que si la situación sigue igual, no trabajen de campesinos”, apunta. Actualmente, “para poder pagar el tractor —que le costó setenta mil euros y las facturas”, compagina su trabajo con otra de media jornada.

Camioneros parados en la frontera

A raíz de los cortes en la carretera que conecta La Cerdanya y Francia, centenares de camioneros se han visto obligados a detener sus vehículos. a un margen de las vías, rotondas, gasolineras, parkings de grandes superficies o descampados. “Nosotros llegamos ayer por la mañana de Francia y no sabíamos que no podríamos pasar. En un principio la concentración duraba 48 horas, pero ahora nos hemos enterado de que quizás la alarguen”, explica uno de los camioneros afectados, Vasile, quien justo hoy hace años. “Estamos acostumbrados a pasar fechas importantes fuera de casa. Yo ya hace cuarenta y un años que me dedico a eso y este año quiero jubilarme”, comenta.

Mientras que los coches y los autobuses pueden atravesar la frontera tomando rutas alternativas, como carreteras secundarias o por el interior de Puigcerdà, los camiones únicamente pueden circular por la N-152. por su longitud y peso. “Los camioneros somos los grandes perjudicados y olvidados a esta sociedad”, exclama Vasile. “Ahora mismo dedicarse al transporte no es una profesión, es una explotación”, añade.

Los camioneros señalan que entienden las protestas del sector agrario, pero les piden que los dejen pasar porque muchos de ellos cobran por kilómetro circulado. “Si no me mueve, yo no cobro”, manifiesta Vasile. Uno de sus compañeros de profesión, Daniel, dice que tiene “la suerte de tener un salario fijo mensual”, por lo que estar quieto no le repercute monetariamente. “Lo que sí me afecta es no puedo estar con mi familia, que está preocupada porque tenemos que hacer noche en medio de la carretera con temperaturas por debajo de los cero grados y nevando”, concluye Daniel.

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