El fuego ha sido protagonista en Tàrrega con la celebración de la fiesta ancestral de Sant Joan. La llegada de la Flama del Canigó, símbolo de la unión de los Països Catalans, ha congregado bastante público en la plaza del Carme, momento emblemático que en la capital de L’Urgell se repite desde hace más de medio siglo. La Penya Pedal y Centre Oliveras CIM de Bellpuig se han encargado de llevar la Llama desde el Pirineo hasta la plana de Lleida. Al séquito de este año se ha añadido la sección ciclista de la Asociación Alba.
El concejal de Cultura, Miquel Nadal, ha recogido el fuego y ha procedido a encender el pebetero, situado al pie del Monumento a los Países Catalanes. Acto seguido ha leído el Manifiesto de la Llama que promueve Òmnium Cultural y que este año es obra de la escritora Núria Cadenes.
El texto proclama: “somos el pueblo de la Llama del Canigó. (…) Somos hijos de esta Llama y de tanto como significa: esa tozudez y esa alegría que se convierten en invicta combinación, que superan los tiempos más difíciles y hacen escudo de resiliencia. (…) Eso es la Llama del Canigó: la gente que la enciende y que se añade y que la transporta y que la traspasa”.
Organizado por Agenta y la Concejalía de Cultura, el acto ha continuado con la actuación del Grupo Infantil de Diablos BAT, que ha extendido su pirotecnia en una tarde donde no han faltado las sardanas interpretadas por la Cobla Tàrrega y un taller para hacer las Fallas de Ctra que quemarán por la noche.
Precisamente, la velada para dar la bienvenida al Solsticio de Verano continuó a las 10 de la noche con la bajada de las fallas de secano recreando el descenso en fila de teyas encendidas en el Pirineo. El itinerario empieza en el castillo de Tàrrega y recorre el casco antiguo hasta el Camp dels Escolapis, donde se enciende la hoguera y se celebra la cena popular. La noche más corta y mágica del año se engalanó con un doble concierto de las agrupaciones Lasta Sanco y Her Majesty además de la sesión de PD Verbena.
