El movimiento vecinal ‘Nunca más peajes’, que se opone a la aplicación del pago a los usuarios para circular por las vías rápidas, cortará la AP-7 a la altura de Aldea (Bajo Ebro) el próximo 30 de abril para exigir a las administraciones más inversiones en la mejora, mantenimiento y seguridad de estas infraestructuras. La previsión es que la protesta se alargue durante una hora a partir de las dos y media de la tarde. Los vecinos han avanzado a la ACN que esta será la primera de una serie de acciones para reivindicar medidas pero también para concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de disponer de unas vías rápidas públicas y seguras. Esperan que los transportistas, un colectivo que consideran injustamente maltratado, se sumen.
Según las primeras previsiones de los organizadores, la protesta se desarrollará, principalmente, en el tramo de autopista que comprende las salidas de L’Aldea-Vallès y Amposta Ràpita, ambas dentro del término municipal de L’Aldea. No descartan la posibilidad de que se concrete en una forma de movilización híbrida, que incluya cortes y marchas lentas.
Los episodios de accidentes y largas retenciones que los usuarios han sufrido especialmente durante los últimos meses en la AP-7 han reactivado el movimiento vecinal que se significó en la lucha contra los peajes y la liberación de las autopistas. “Nos tenemos que movilizar porque tenemos que presionar ante la inactividad del mundo político”, ha asegurado el portavoz de Nunca Más Peajes, Llorenç Navarro.
Hace unas pocas semanas, los vecinos comparecieron en el juzgado de Amposta para ratificar y ampliar su denuncia sobre las carencias de seguridad y mantenimiento de la autopista a partir de su liberación. Ahora, quieren llevar al debate público una larga lista de agravios que, según entienden, penalizan de forma particular -en detrimento de la inversión en otras zonas- el desarrollo de las comarcas del Ebro y del vecino Maestrat, pero que también afectan a la movilidad de todo el país. “Es el corredor real del mediterráneo”, no para de repetir Navarro.
Nunca Más Peajes argumenta que el tiempo de viaje actual “han empeorado en todos los tramos respecto al momento en que Franco inauguró la autopista en 1970”. Por el contrario, el crecimiento económico y poblacional, argumentan, no ha implicado una ampliación o mejora sustancial de la infraestructura. Más cuando, actualmente, la N-340 ha dejado de ser una alternativa eficiente para la movilidad de medio y largo recorrido y para el transporte pesado.
Los vecinos lamentan que los compromisos de mejorar de la AP-7 asumidos, tanto desde el Gobierno, pero, sobre todo, por parte del ejecutivo español, no avanzan de la forma que se había previsto. Reiteran que la materialización del tercer carril hasta Amposta -que reclaman prolongar 160 kilómetros más hacia el sur hasta Sagunto- o la apertura de un enlace a la comarca de El Montsià, la única de Cataluña sin acceso a la autopista, siguen sin plasmarse.
Inversión en “seguridad”
“Están hablando de que habrá una gran inversión en defensa y seguridad. Es lo mismo que defendemos nosotros: queremos inversión en la defensa y seguridad de las personas cuando están trabajando o se están desplazando. Hay que invertir primero en el territorio, sobre todo haciendo las vías seguras y dignas”, ha remarcado.
Por ello, plantean también acabar desdoblando la N-340 y la N-II para poder desviar el tráfico en caso de incidencias. “Se cargaron la N-340 con premeditación, sin estar desdoblada. Han permitido hacer rotondas y prohibir el paso de vehículos pesados para convertir la AP-7 en una vía sobresaturada”, argumenta Navarro. Creen que hay que resolver cómo descongestionar el tramo de la AP-7 entre El Papiol y Montmeló que ejerce de circunvalación de Barcelona generando “retenciones espectaculares”.
Dentro de la lista de reclamaciones concretas, plantean la necesidad de dotar la vía rápida de más vallas, señalización e iluminación modernas y homologadas; equipos de intervención para el rescate de vehículos pesados; pasos de fauna para evitar accidentes; arcenes bastante anchos; así como nuevas áreas de servicio y descanso segmentos largos de la autopista que no disponen de la empresa, caso de entre La Aldea y Benicarló.
Campaña para recuperar el pago
Y, sobre todo, reiteran que la autopista, dotada de condiciones que la hagan segura, debe seguir siendo “pública y gratuita”. Navarro denuncia una campaña orquestada para volver a convertir la AP-7, y el resto de autopistas, en vías de pago con la amenaza de la implementación de sistemas como la viñeta.
En este sentido, Nunca Más Peajes quiere convertir la protesta del día 30 de abril en un llamamiento a la concienciación y movilización de la ciudadanía en general pero, especialmente, de sectores como los transportistas que, según entienden, han sido “injustamente criminalizados”, pese a jugar un papel clave a la hora de “hacer funcionar la industria o el comercio”.
Confían en que varias asociaciones del sector se acabarán sumando a las movilizaciones. “Solo tienen esta vía para circular y nos dimos cuenta de que están preparando su venta, privatizarla. Quieren hacernos creer que la viñeta es la solución cuando en realidad será pagar los mismos para circular, pero haciendo negocio las grandes empresas”, ha cerrado el portavoz.