sábado, 8 de febrero de 2025
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SANTA TECLA 24 | El Baile de Cossis: un baile con ADN tarraconense

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El ball recuperat fa 20 anys per l’Esbart Dansaire de Tarragona és pràcticament únic, només amb parentiu amb el Ball de Prims de Reus i els Cossiers mallorquins
ball de cossis

Los picaroles, los gritos o el curioso sombrero.
Son varios los elementos que hacen distinguible el Baile de Cossis dentro del séquito popular.
Todos ellos no son sólo característicos dentro de la fiesta mayor tarraconense, sino que también gozan de cierta rareza dentro de la cultura popular de los Países Catalanes.

De entre los bailes que tenemos hoy en día, podríamos decir que se trata casi de un baile único.
Sólo existe parentesco con el Ball de Prims de Reus, recuperado hace 33 años, y el Ball de Cossiers de la isla de Mallorca.
Sin embargo, tanto la vestimenta como la música dentan bastante entre unos y otros.

baile de cossis
El Ball de Cossis Petit de Tarragona con el Ball de Prims Petit de Reus

Según las referencias que se tienen de este baile, lo representaban el gremio de los corderos y se conoce su existencia desde 1403 hasta 1804.
No fue hasta 200 años más tarde cuando dentro del Esbart Dansaire de Tarragona surgió la idea de incorporarlo de nuevo al séquito de Santa Tecla.

 

Inspirados en el mar

Uno de los problemas que tenía el Esbart Dansaire en aquel momento era el relevo generacional.
Quienes se jubilaban de Pastorets Petits y Gitanetes no encontraban espacio en los bailes grandes y se quedaban en una especie de impasse donde dejaban de participar en la fiesta.
Para evitar esta situación, el Baile de Cossis apareció como baile de transición, muy centrado en adolescentes de entre los 13 y los 20 años.

baile de cossis

A la hora de confeccionar la ropa, la Laia Gil, actual bailadora de Cossis, explica que la intención de los vestidos era referenciar el mar.
Por un lado, el azul marino significaba el agua, el marrón la arena y los detalles blancos la espuma del mar.
Y, por otro lado, la alusión más clara es precisamente su elemento característico: el sombrero.
Este tiene la misma forma que un cossi, herramienta que da nombre al baile.
Los pescadores utilizaban estos cossis para pescar pulpos en la playa.
Introducían los recipientes de forma cilíndrica en la arena para que los pulpos entrasen pensando que era una cueva y así capturarlos.

 

Llamar hasta quedarse sin voz

En cuanto a la coreografía, Claustro Fa es quien se encargó de darle forma, con el hándicap de tener que introducir un baile completamente desconocido. “De Pastorets y Gitanes hay en muchos lugares, pero ¿cómo sales a la calle con un baile que no conoce nadie? Cuando empezamos, había la duda de cómo reaccionaría el público.
Entonces, como el baile también era muy sencillo, querían encontrar un rasgo diferencial que llamara la atención”, destaca la Laia.

baile de cossis

Este elemento fue finalmente su tradicional grito, que se sigue escuchando 20 años después. “La idea era animar, hacerlo interactivo y cercano a la ciudad.
Ahora ya es una manera de ver quién llama más”, relata la Laia.
De hecho, reconoce que ella es una de las “más propensas al quedarse afónica” y que habitualmente, cuando uno ya ha llamado cuatro o cinco veces, es normal que les acaben saliendo “unos gallos impresionantes”.
Esta misma técnica ha sido replicada recientemente por el Baile de Titanes, recuperado hace dos años.

 

Un nuevo planteamiento

20 años después, mantienen esa alegría que quieren transmitir con el grito, pero ya no queda nadie de quienes salieron por primera vez en 2004.
Únicamente una de las bailaoras puede decir que estuvo en la segunda tecla de los Cossis.
La idea del baile como un escalón de transición se difuminó con el paso del tiempo y ha pasado a ser un baile más del Esbart Dansaire. “Al final, la gente ha aguantado y, cuando deja Cossis, directamente dejan de salir al séquito”, señala la Laia.

baile de cossis

Curiosamente, han pasado a tener los mismos problemas que tenían el resto de bailes del Esbart.
Con la entrada del Baile de Cossis Petit en 2013 se ha generado “un tapón generacional increíble”.
Como con el resto de casos, se trata de una cuestión sin solución. “Tú decides cuándo entra una persona, pero ¿cómo decides cuándo marcha? No eres nadie para echar a nadie”, afirma la Laia.
Al mismo tiempo, describe que sólo se producen bajas porque los estudios o las prioridades de la persona no ligan con la implicación que requiere el baile.
Un hecho que sucede con cuentagotas.

Sin embargo, la estabilidad de los bailadores tiene también una vertiente positiva, ya que es más fácil crear un grupo sólido.
La Laia explica que han creado un baile con gente joven de una edad similar y han generado una dinámica de trabajo coral, sin figuras de líderes.
Además, las diversas teclas juntos les han hecho recopilar muchas historias compartidas.
La mayoría tienen el picarol de mano como protagonista, ya que hay un momento del baile en el que lo tiran al aire y lo tienen que atrapar.
En este pequeño impasse, la Laia asegura que ha pasado de todo. Ha caído del escenario, en la cabeza de alguien del público o incluso dentro del sombrero de un compañero, perdiéndolo de vista completamente.

 

Un recorrido histórico

Sus vivencias y la historia del baile quedan recogidas en la exposición que inauguraron ayer y que se extiende hasta el 30.
Se trata de un recorrido de los 20 años de Cossis con fotografías de todo tipo, escritos y agradecimientos. “20 años no se hacen solo con la gente que tenemos hoy, sino con muchos más. Sobre todo agradecemos a quienes estuvieron al inicio, que es lo más difícil”, comenta la Laia.

expo baile de cossis

 

Aparte de esto, tienen otros actos programados como el ensayo abierto en las escaleras de la Catedral de hoy 10 de septiembre o el taller de sombreros y mascarillas con los 7 Pecados Capitales y el Tecla Geli Cossier del 12 de septiembre.

 

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