miércoles, 15 de enero de 2025
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Innovación y mejora continua para una red de saneamiento resiliente

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Reparació amb el sistema de mànega de la xarxa de clavegueram al carrer Pons d’Icart

El saneamiento es un pilar fundamental para garantizar la salud pública, además de un factor estratégico en la lucha contra la emergencia climática. En este último año sus efectos se han hecho evidentes de manera muy contundente y dramática, por un lado, el episodio de sequía extrema y por otro los efectos de las lluvias torrenciales que han golpeado Valencia y también han afectado al litoral tarraconense. Las proyecciones climáticas alertan de que estos dos efectos serán cada vez más frecuentes y severos. Así, se producirán periodos con precipitaciones inferiores a los valores normales de manera más frecuente y también aumentarán los episodios de precipitación intensa y duradera. Ante esta realidad climática hostil, la sociedad se encuentra enfrentada a un reto que es colectivo y que hay que abordar de manera integral y poliédrica. Las ciudades deben adaptar su realidad y aportar respuestas eficaces para garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía.

La gestión del ciclo urbano del agua es clave ante este contexto y los retos a afrontar son urgentes y complejos. El drenaje urbano en la zona costera mediterránea exige acciones y compromiso para minimizar unos riesgos ineludibles. En este sentido, la Empresa Municipal Mixta de Aguas de Tarragona, Ematsa, trabaja con el Ayuntamiento de Tarragona con visión estratégica para aportar soluciones eficaces a medio y largo plazo que reduzcan la vulnerabilidad de los municipios ante este desafío.

Red de saneamiento: innovación y mejora continua

La compañía de aguas gestiona los cerca de 300 kilómetros de red de saneamiento de Tarragona y La Canonja y mantiene una vigilancia permanente, mediante inspección robotizada. Esta tarea facilita el mantenimiento preventivo de la infraestructura asegurando su correcto funcionamiento y, al mismo tiempo, preservar el entorno. Fruto de esta inspección, se está ejecutando un plan de mejora de la red de alcantarillado que tiene como objetivo renovar 30 kilómetros de colectores en un periodo de 8 años. Estas actuaciones se llevan a cabo con un sistema de manguera que no requiere abrir zanja. Esta metodología de trabajo, sin embargo, no se puede implementar en todos los tramos, en un 25% de ellos, será necesaria apertura de zanja.

El sistema de manguera acorta los plazos de ejecución a 24/48 h, además de reducir los costes hasta el 50%. La reparación pone fin a posibles filtraciones, mejora el rendimiento y la capacidad de drenaje de la red, evita la creación de sedimentos y minimiza la proliferación de plagas, ya que elimina grietas y rugosidades.

Especialización en la gestión de plagas

El control de plagas es otra de las actividades que la compañía de aguas lleva a cabo en la red de alcantarillado. Una gestión que se inició en el año 2013 y, en esta década, ha conseguido consolidar un sistema de trabajo basado en la especialización y la innovación tecnológica y con una sinergia integral con el mantenimiento preventivo que ha permitido reducir la presencia de pandillas y ratas de manera significativa. En los últimos cuatro años, los avisos se han reducido un 40%. La clave de este éxito ha sido el enfoque preventivo. En lugar de reaccionar a las plagas una vez que ya son un problema, se trabaja para anticiparse y evitar su proliferación de manera planificada y proactiva.

Aplicación de tratamientos para el control de plagas en el alcantarillado

Una de las principales mejoras en el control de plagas ha sido el desarrollo de herramientas propias para la aplicación de los tratamientos creadas a partir de las necesidades detectadas por equipo técnico de Ematsa. Ahora mismo, la compañía de aguas dispone de dos aparatos completamente desarrollados por el equipo encargado de la gestión de plagas y un espacio habilitado como banco de pruebas para testear equipos y tratamientos.

Modelización y planificación estratégica

La planificación estratégica, junto con la gestión y el mantenimiento de la red, son esenciales para hacer frente a los retos que pone por delante la emergencia climática. Por ello, Ematsa impulsa la transformación digital en la gestión del ciclo urbano del agua, a través de la sensorización, la monitorización y el procesamiento de datos para mejorar la capacidad de actuar de manera preventiva y predictiva para garantizar el uso eficiente del agua y preservar los recursos y el entorno.

En este sentido, la modelización matemática de las redes de agua es una tarea primordial para trabajar en modelos predictivos que permitan adaptar y ajustar las instalaciones ante episodios de sequía o lluvias torrenciales. Este trabajo se complementa con la incorporación de las previsiones meteorológicas y con la instalación de sensores y sistemas de análisis en continuo en las redes para el control de la calidad y disponibilidad del agua.

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