Hace poco más de una semana nos hacíamos eco del caso de la Diana y el Oleg, dos menores ucranianos de 16 y 12 años respectivamente que vinieron a Cataluña hace dos años como refugiados de guerra. Ambos son huérfanos y vivían en la ciudad de Níkopol con una familia de acogida, que, según denunció la propia Diana a través de redes, en Ucrania sufrieron malos tratos por parte de esta familia, un caso similar al que sacamos a la luz recientemente.
Aunque los menores no quieren volver a Ucrania, las familias de acogida estadounidenses recibieron un requerimiento asegurando que estos menores debían regresar a su país, ya que la familia de acogida de Ucrania reclamaba su tutela.
Por este motivo, la Diana y el Oleg fueron trasladados a un centro de menores de la ciudad con el fin de preparar el regreso a su país de origen. Desde entonces, la abogada que lleva el caso solicitó cautelarmente que no fueran trasladados a Ucrania y tras las visitas cautelares que tuvieron lugar a finales de la semana pasada, el juez ha aceptado estas medidas y los menores han podido volver de nuevo con sus respectivas familias de acogida, donde están bien cuidados, han podido rehacer su vida y ya hace dos años que viven allí.
“El hecho de que los menores denunciaran haber sido maltratados por su familia de acogida en Ucrania no acredita que se puedan quedar, ya que se les podría volver a enviar a Ucrania en caso de que se cambiara de familia de acogida. Por eso nosotros reivindicamos que hay que mantenerlos aquí por el hecho de que su país de origen está en guerra“, explica la abogada de los menores.
En este sentido, los jueces han considerado que Ucrania no es un lugar seguro y tal y como expresa la abogada “han entendido que no se puede devolver a un menor en un país donde hay un conflicto armado“.
No obstante, hay que tener presente que el proceso judicial no ha terminado y esta decisión no es una sentencia, sino un auto que paraliza temporalmente el traslado de los niños. Por esta razón, tal y como detalla la abogada lo que se hará a continuación es “presentar una demanda al juez referente a que se mantenga la resolución de desamparo de estos niños al menos hasta que dure la guerra”.
Poca ayuda por parte de la ACTIC
Aunque los menores han podido regresar provisionalmente con sus familias de acogida catalanas, la abogada lamenta que “han tenido su vida en contra del caso, ya que se lava las manos y no entienden qué interés hay detrás de todo esto”.
Asimismo, y tal y como expresaba en declaraciones al programa ‘Tot es mou’ de TV3 “si bien los padres de acogida ucranianos pueden seguir reclamando el retorno de los menores, hay que darles una doble protección: porque son niños refugiados de guerra y, además, ha quedado acreditado que han sido víctimas de malos tratos por parte de la familia de acogida con quien habían estado en Ucrania, lo que debe hacer que el regreso en esta casa sea inviable”.
Finalmente, la abogada nos ha reconocido que “no lo tienen fácil y es una lucha contracorriente constante porque no están apoyados por nadie”. Pero afirma que “tienen muy claro su objetivo y seguirán luchando para el bienestar de estos menores“.