El 33,3% de los casos de depresión entre la población activa española, sea ocupada o parada, puede atribuirse a la precariedad laboral. Así lo concluye un artículo de investigadores de la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
El artículo se ha publicado en la revista ‘Public Health’ y analiza cuál es el impacto y el peso de la precariedad laboral en la depresión en España.
A partir de datos extraídos de la parte española de la Encuesta Europea de Salud 2020, concluyen que existe un mayor riesgo de depresión entre las personas en situación de precariedad laboral y entre aquellas que están en paro. Además, a inferior clase social ocupacional, mayor es la incidencia de la depresión en el caso de las mujeres.
Ajustando por sexo, edad y origen, los investigadores calculan que aproximadamente el 15% de los casos de depresión entre la población ocupada y el 33,3% de los casos entre la población activa se pueden atribuir a la precariedad laboral.
Los investigadores han subrayado que estos hallazgos ponen de manifiesto el gran impacto del empleo precario sobre la salud mental en la salud pública.
Han añadido que proporcionan pruebas para estimar la carga económica vinculada a la salud mental relacionada con el empleo y destacan la necesidad de cambios e intervenciones políticas en el ámbito de los mercados laborales y de los puestos de trabajo para mitigar sus efectos perjudiciales.
Los investigadores participantes son Joan Benach y Francesc Xavier Belvis, del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF; Ferran Muntané, del JHU-UPF Public Policy Center y la UPF Barcelona School of Management y Carles Muntaner, catedrático de la Universidad de Toronto.