Desde julio de 2024, los tapones de las botellas de plástico deben estar unidas a la misma, una medida que, a pesar de ser polémica entre los consumidores, ha sido implementada por la Unión Europea con el objetivo de reducir la contaminación de este material, especialmente en los océanos, y para facilitar el proceso de reciclaje. No obstante, esta medida es solo una de las diversas restricciones que se pondrán en marcha en los próximos años para combatir los plásticos de un solo uso.
Según han recogido El Confidencial y La Vanguardia, a partir del 1 de enero de 2025, todas las botellas fabricadas con tereftalato de polietileno (PET) deben incluir al menos un 25% de plástico reciclado. Esta medida se inscribe dentro de la Directiva sobre los plásticos de un solo uso de la Unión Europea, que entró en vigor en 2019 y que ha empezado a transformar el mercado. Con esta medida se prevé que las botellas pasen a tener un aspecto y un tacto más “frágil”.
Este cambio también afecta a la industria, que deberá adaptarse a esta nueva norma. Sin embargo, muchas marcas ya habían empezado a implementar prácticas más sostenibles y a incorporar plástico reciclado a sus productos, tal y como se menciona en el mismo medio.
Esta nueva directiva prevé que para el año 2030, el porcentaje de plástico reciclado en las botellas de PET aumente hasta el 30%.