Lejos de la pugna entre ‘borrasistas’ y ‘turullistas’ de hace dos años en Argelers, en Junts prevén un congreso relativamente tranquilo este fin de semana en Calella (Vallès). Especialmente para Carles Puigdemont, que volverá a coger formalmente la presidencia y las riendas del partido, para confrontar “la hegemonía socialista”. Para ello, se rodeará de una nueva dirección formada por dirigentes de su máxima confianza.
En cambio, la todavía presidenta, Laura Borràs, se apartará en FunDem, la fundación heredada de Demòcrates, que le permitirá tener un pie en la ejecutiva. La cita arrancará el viernes por la tarde y culminará el domingo con la elección de la nueva plana mayor. Hay 354 enmiendas vivas a las tres ponencias que se debatirán y votarán.
Cuatro días después de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, la ejecutiva decidió adelantar a este otoño su congreso nacional, dos años antes de lo previsto. El objetivo era construir una “gran alternativa” tras el cambio de contexto político y la pérdida de la mayoría independentista, y hacerlo en torno a Carles Puigdemont, a pesar de su promesa en campaña de dejar la primera línea política. El expresidente, que hace dos años que no tiene ningún cargo orgánico, confirmaba este miércoles su regreso a la presidencia del partido, defendiendo que es “el instrumento político más fuerte que tiene el independentismo” y que hay que “reforzarlo”.
Para ello, Carles Puigdemont se rodeará de dirigentes de su máxima confianza, empezando por Jordi Turull, que se mantendrá como secretario general. La diputada en el Parlament Judith Toronjo será la nueva secretaria de organización, en sustitución de David Torrents, afín a Laura Borràs. La diputada en el Congreso Pilar Calvo tomó el relevo a Josep Rull como presidenta del Consejo Nacional.
También se perfilan Mònica Sales, Míriam Nogueras, Josep Rius y Antoni Castellà como vicepresidentes, y Teresa Pallarès como secretaria de finanzas. La ejecutiva tendrá un máximo de 25 vocales, donde está previsto que ganen peso nombres como David Saldoni, Jaume Giró, Salvador Vergés, Jeannine Abella, y que entren independientes. Para facilitar este hueso han flexibilizado algunos requisitos de militancia.
En cambio, el sector alrededor de Laura Borràs pierde todo el peso que consiguió hace dos años. La todavía presidenta del partido se situará al frente de la fundación FunDem, si así lo confirman sus patronos, que tienen la última palabra. Esto permitirá que Borràs forme parte de la ejecutiva nacional, pero será un poder simbólico. Durante estos dos años han ido cayendo sus afines. Francesc de Dalmases dimitió como vicepresidente después de haber acosado a una periodista del FAQS de TV3, y tampoco continuarán ni Aurora Madaula como vicepresidenta, ni David Torrents como secretario de organización.
El inicio formal del congreso está previsto este viernes a las 18.00, cuando habrá parlamentos institucionales y se constituirán las diferentes mesas de las ponencias. El sábado por la mañana seguirá el debate de las ponencias y una vez que ya se haya resuelto cuál debe ser la estructura orgánica de Junts -hacia el sábado al mediodía- se abrirá un periodo de 20 horas para que se puedan presentar las candidaturas que opten a ocupar los diferentes cargos. La votación tendrá lugar el domingo por la mañana de forma telemática y los resultados se proclamarán al mediodía, cuando se cerrará el conclave.
El grueso de las enmiendas, a la organización
En total, los asociados han llegado a registrar hasta 2.863 enmiendas a las tres ponencias (estrategia, modelo de país y organización). Tras negociaciones, transacciones y retiradas, llegan 354 vivas al congreso, que debatirán y votarán los delegados. La mayoría de las modificaciones, un 60%, se centran en la organización del partido y cómo se elige la dirección, un total de 213; seguidas de 84 enmiendas a la ponencia estratégica y 57 a la ponencia ideológica.
Una de las cuestiones más enmendadas es una de las principales novedades planteadas por el partido: votar los cargos orgánicos a través de listas “bloqueadas y cerradas”, para evitar “votos de castigo” a determinados dirigentes, como ocurrió en 2022 en Argelers con David Torrents, afín a Laura Borràs, que no consiguió el 50% de votos necesarios. En total hay 10 enmiendas vivas sobre este punto.
También tiene una decena de enmiendas vivas la otra gran novedad: la supresión del requisito de seis meses de militancia para poder optar a cargos. Se trata de una flexibilización introducida por el partido para incorporar a la ejecutiva a dirigentes como Antoni Castellà, que acaba de firmar la confluencia de Demòcrates a Junts, o de figuras independientes que no tenían el carné.
Los delegados también debatirán cuatro enmiendas que impugnan la permisión de la doble militancia, así como una enmienda que pide la supresión del punto que crea una fundación vinculada al partido, en este caso FunDem, heredada de Demócratas.
La ponencia ideológica
Junts también debatirá y votará en este congreso su ponencia ideológica, y una de las cuestiones que quieren situar encima de la mesa es la inmigración, tras pactar con el PSOE la delegación “integral” de las competencias en la Generalitat. En este contexto, el documento plantea la creación de una Agencia Catalana de Inmigración, que se encargaría tanto de “la fijación de cuotas” como también de “las condiciones de llegada, acogida e integración de los recién llegados”.
Tras transaccionar el texto con las aportaciones de las bases, la ponencia recoge que Junts “trabaja activamente a corto plazo, en el marco de esta delegación, para introducir el requisito de acreditar el conocimiento del catalán en un periodo de tiempo razonable para renovar los permisos de residencia y trabajo”. También recogen que la ciudadanía no va ligada sólo “a una cultura y una lengua de obligado conocimiento“, sino también “valores cívicos como la convivencia, el trabajo, el esfuerzo, la educación o la igualdad de género”.
Los documentos de Junts también recogen la preocupación por el aumento de fuerzas de extrema derecha como Alianza Catalana, aunque no se la cite por el nombre y se utilice la fórmula “nacionalpopulismo”. El texto inicial también impugnaba “la hegemonía del pensamiento woke”, un concepto que se ha acabado transaccionado y sustituyendo por “pensamiento buenista” o “demagógico”.
Otro de los ámbitos donde ponen el foco es la fiscalidad. En este sentido, Junts propone una revisión de los impuestos. Entre las concreciones, el partido plantea una “reducción justa” del impuesto de sucesiones (antes hablaba de su supresión completa), la deflactación de todos los tramos del IRPF o la rebaja del impuesto de sociedades a las pequeñas y medianas empresas, entre otros.
“Mantener en tensión” Sánchez e Illa
En el actual contexto político, los documentos sostienen que “las relaciones políticas con el Estado son inevitables”. Ahora bien, se conjuran a usar sus votos en el Congreso para incidir en la estabilidad española. Es por ello que apuestan por “confrontar políticamente con el PSOE y el PSC, que en la práctica son lo mismo”, y por “mantener en tensión los gobiernos del Estado y la Generalitat”.
“Junts per Catalunya no rechaza la negociación con el Estado, pero no regalará sus votos para mantener un gobierno en Madrid del signo de que sea a cambio de nada”, señala el documento estratégico. Y añade: “Los pactos deben vincular a las dos partes, y si se rompen unilateralmente o se incumplen de manera reiterada, la única salida lógica es plantarse y volver a empezar”.
Al respecto, los delegados del congreso de Junts debatirán varias enmiendas, como la que pide “dar por roto el acuerdo de Bruselas” con el PSOE si no hay “resultados evidentes” a corto plazo; u otra que insta a “prohibir cualquier pacto con partidos de carácter españolista”, incluyendo el PSOE, el PSC y los Comunes, también en el ámbito municipal.
“Rebajar las hostilidades” con ERC
Desde Junts no se ahorran críticas a la decisión de ERC de investir a Salvador Illa, pero defiende que “hay que trabajar por una nueva unidad” independentista y para “rebajar las tensiones”. En este contexto, plantean que se sumarían “si la sociedad civil impulsara una entidad paraguaya donde partidos, organizaciones y entidades se agruparan en forma confederativa con el fin de facilitar sinergias y estrategias institucionales compartidas”.
Se trataría de una “entidad paraguaya civil que, partiendo de un espíritu de fraternidad, promoviera el estudio y debate en profundidad de los problemas y retos principales de la sociedad catalana a través de un observatorio de pensamiento que trabajara con los mejores expertos del país e internacionales”. Y aseguran que “una iniciativa con esta filosofía sería decisiva para la reconstrucción del movimiento independentista y encarar la lucha por el estado propio”.