A punto de cumplirse los 200 años de la aprobación de las Diputaciones en el conjunto del Estado, la Diputación de Tarragona impulsa una sede en la comarca del Baix Penedès.
Un hecho que puede parecer irrelevante, pero que histórica y simbólicamente tiene mucho significado, y por eso quiero agradecer personalmente a la Presidenta Noemí Llauradó que haya impulsado este proyecto.
Las Diputaciones se impulsaron vía decreto en 1833. En el caso de Cataluña significó descuartizar, simbólica e implícitamente, el territorio en cuatro nuevas regiones. Este hecho rompía con una territorialidad catalana que se había conservado más de 800 años.
El Penedès fue una de las regiones históricas que más sufrió esta nueva división, quedando la región de El Vendrell bajo el Ámbito de Tarragona, y las regiones de Vilafranca del Penedès y de Vilanova i la Geltrú en el Ámbito de Barcelona.
Esta nueva sede en El Vendrell significa muy en clave Penedès, por un lado reconoce el Baix Penedès como un territorio que merece el mismo trato que el resto de realidades territoriales de la demarcación, como puede ser Les Terres de l’Ebre, donde la Diputación también tiene una sede, y la Veguería del Camp de Tarragona, donde la sede institucional principal de la Diputación funciona como tal.
Por otra parte, es el reconocimiento implícito de la importancia que tiene El Baix Penedès en el conjunto de la demarcación de la provincia de Tarragona. Somos la tercera comarca en número de población y somos la comarca que más crece demográficamente en los últimos 30 años, en resumen, un peso específico que hay que tener presente a la hora de plantear las políticas de la institución.
Ahora sin embargo, habrá que hacer el trabajo más importante, llenar de contenido esta sede, y dar apoyo político como institución a los retos que debe afrontar la comarca en este presente y en el futuro más próximo.
El Baix Penedès forma parte de la Vegueria del Penedès, y tiene una relación muy intensa con el Área Metropolitana de Barcelona. En estos retos, de presente y de futuro, la Diputación tiene la obligación de estar, de ayudar y de liderar conjuntamente con el Consejo Comarcal y los ayuntamientos de este territorio.
Celebramos pues este acto de dignificación de El Baix Penedès y continuaremos trabajando para mejorar los servicios y la calidad de vida de los bajopenedesenses y bajopenedesenses.
