Un científico que trabaja en una base sudafricana en la Antártida ha enviado un mensaje desesperado a la prensa de su país solicitando ayuda urgente tras una grave situación de conflicto interno. En su correo, y tal y como ha informado RAC 1, el científico explica que uno de los miembros de la expedición ha empezado a mostrar su comportamiento errático, amenazando incluso con matar a otros miembros del grupo. El conflictivo científico también es acusado de agresión sexual, una situación que ha puesto en peligro la seguridad de todo el personal presente en la base.
El grupo se encuentra en una situación crítica, ya que la expedición tiene todavía diez meses más de permanencia en este ambiente extremo, en una zona aislada de la Antártida, a centenares de kilómetros de la base de apoyo, lo que hace imposible una evacuación inmediata, tal y como ha informado el propio medio. Las temperaturas extremas y la “remoteza” del lugar complican aún más la situación, ya que cualquier tipo de rescate es casi imposible hasta más adelante.
Ante esta noticia, el programa “Versión RAC1“, del medio anteriormente mencionado, dirigido por Toni Clapés, ha contactado con Joan Riba, jefe de la base española Juan Carlos I en la Antártida, para conocer cómo se gestionan estas situaciones de crisis en un entorno tan aislado.
La base española Juan Carlos I se encuentra situada cerca de la península Antártica, lo que facilita las comunicaciones con España y hace posible una evacuación rápida en caso de necesidad. En cambio, la base sudafricana Sanae 4, donde actualmente está el conflicto, se encuentra mucho más alejada y es de acceso mucho más complicado, lo que hace que cualquier incidente sea mucho más difícil de resolver de manera inmediata. Según Joan Riba, otra gran diferencia entre las dos bases es la duración de las campañas. Mientras que las misiones españolas tienen una duración de tres a cuatro meses, la base Sanae 4 está abierta todo el año, con estancias de hasta 16 meses.