Jennifer Prudencio, una joven madre de 25 años, ha sido acusada por la Fiscalía del condado de Suffolk (Estados Unidos) de dejar morir a su hijo, el pequeño Yael, de 3 años por irse de fiesta toda la noche.
Los trágicos hechos ocurrieron el pasado sábado 6 de abril en la localidad de Chelsea, Massachusetts, cuando la mujer dejó a su hijo enfermo de 3 años al cuidado de sus dos hermanos de 7 y 8 años.
¿La causa? Quería salir a divertirse y a beber alcohol. Prudencio explicó a sus dos hijos ‘grandes’ que pronto volvería a casa, según se ha desprendido del sumario.
“Ella recibió mensajes de texto de su hijo de 8 años, comunicándole preocupación por el bienestar de la presunta víctima”, señaló el fiscal del distrito. “A pesar de ello, ella decidió quedarse fuera toda la noche”.
LA TRAGEDIA
El niño enfermo, que sufría hemofilia y un trastorno convulsivo, estuvo toda esa noche en una condición crítica de salud, y fue encontrado inconsciente el domingo por la mañana 7 de abril, dentro del apartamento de la madre.
En la entrevista policial, la sospechosa admitió ser consciente de la gravedad de la enfermedad de su hijo antes de salir de casa, y que recibió un mensaje de su hijo de 8 años, pero, a pesar de todo, decidió no volver a casa.
“terrible tragedia”
y dijo que su clienta consternada por la muerte de Yael.
El abogado defensor solicitó al juez una fianza menor de 7,500 dólares, pero el juez fijó una fianza de 100,000 dólares, con la condición de que Prudencio se mantenga alejada y no tenga contacto con testigos ni contacto sin supervisión con niños menores de 16 años, además de usar un dispositivo de monitorización GPS.