El Aeropuerto de Lleida-Alguaire tiene en marcha la redacción de un Plan director urbanístico aeroportuario (PDUA) que le permitirá ordenar sus usos y proyectos durante las próximas tres décadas. El objetivo es facilitar el crecimiento de la infraestructura previendo y dando respuesta a la demanda existente para desarrollar actividades vinculadas a la formación de pilotos, nuevos proyectos industriales, espacios de pruebas o iniciativas de energía renovable. Lo explicó la consellera de Territorio, Silvia Paneque, ayer en una visita a las instalaciones. “El plan debe permitir crecer en el aeropuerto y generar oportunidades para el territorio”, afirmó.
Desde la torre de control del aeropuerto de Lleida-Alguaire, Paneque puso de relieve los “gobiernos de progreso” que apostaron por el desarrollo de la instalación aeroportuaria, de la que aseguró que atraviesa “un momento de éxito” y, por tanto, desde el Gobierno “lo tenemos que impulsar con este nuevo plan director”. Añadió que el documento debe permitir que la infraestructura se continúe desarrollando como sede de diferentes proyectos vinculados a los ámbitos formativo, comercial, Newspace, industrial, tecnológico y de energías renovables.
Sobre este último aspecto, Paneque mostró el compromiso del Gobierno y valoró que este aeropuerto se puede convertir en una “isla de autosuficiencia energética que se puede vincular a proyectos que se pueden hacer en el ámbito europeo y en el ámbito de combustibles sintéticos, que también es una tecnología absolutamente puntera mundialmente”.
El nuevo PDUA es necesario porque el aeropuerto ha agotado las hectáreas de suelo que estaban planificadas en el Plan especial urbanístico. De hecho, las últimas obras que se pueden meter se están llevando a cabo actualmente. Se trata de la futura residencia de pilotos, que estará operativa el próximo verano, y de los dos nuevos hangares que se están construyendo: uno para la escuela de pilotos BAA Training y el otro para una nueva compañía de aviación corporativa. Todo ello haría que el aeropuerto fuera “referente” en el ámbito de la formación, dijo el director general de Aeropuertos de Cataluña, Jordi Candela.
Candela explicó que el PDUA se centra en “ordenar, regular y planificar” las 347 hectáreas que son propiedad de la Generalitat, sin comprar ningún terreno adicional. “El plan director vigente del aeropuerto de Barcelona es del año 1999 y todavía está vigente. Por lo tanto, lo que estamos haciendo es un documento que nos permite crecer y evolucionar en el largo plazo”, indicó. Candela señaló que el principal objetivo del proyecto es “flexibilizar la capacidad del aeropuerto para adaptarse al interés existente de proyectos privados que quieren aterrizar en nuestras infraestructuras”.
La demanda de actividades económicas vinculadas al mundo aeronáutico continúa en crecimiento y el objetivo es que Lleida-Alguaire sea un aeropuerto industrial de referencia. Se trata de una infraestructura de 350 hectáreas que actualmente genera un impacto económico anual de 37,5 millones de euros por el territorio, según datos facilitados por Territorio.
El PDUA deberá definir también las servidumbres aeronáuticas y sus limitaciones, así como detallar el desarrollo urbanístico de los terrenos del entorno. La previsión del Departamento es poder disponer en las próximas semanas del documento de objetivos y propósitos, que permitirá iniciar la tramitación urbanística del futuro planeamiento.