El MORERA estrenaba ayer nueva exposición temporal: Visitas inesperadas. Se trata de un diálogo entre obras de las Galerías de Arte de Cataluña y la colección del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Lleida que se enmarca dentro de la Semana del Arte. La comisaria de la exposición, Montse Frisach, realizó ayer por la mañana una visita guiada para los medios de comunicación, acompañada por el director de MORERA, Jesús Navarro; la concejala de Cultura, Pilar Bosch; y representantes de galerías de arte, además de una de las artistas que participa en la iniciativa, Lidia Vives. La exposición se inauguraba oficialmente ayer por la tarde y se puede ver hasta el 12 de enero de 2025.
Bosch celebró la colaboración público-privada, que favorece la “democratización del arte” y valoró la labor de las galerías, asegurando que “el arte no es exclusivo” y por eso “todo el mundo puede tener una obra en su casa”.
Durante la visita, Navarro se mostró satisfecho porque “es la primera intervención” que se realiza en la nueva sede del museo. Así, adelantó que el próximo año se programarán varias exposiciones temporales.
En Visitas inesperadas, seis obras de arte, provenientes de fondos de galerías de la asociación Galerías de Arte de Cataluña (GAC), conviven durante unas semanas con las obras de la colección permanente del MORERA. Son obras, de diversas disciplinas y épocas, que dialogan con piezas concretas o que comparten la temática de un ámbito y crean conexiones estéticas y conceptuales y encuentros inauditos a lo largo del itinerario del Museo.
El recorrido de la exposición pasa por las tres salas expositivas del Museo y en él podemos encontrar conexiones entre obras de contenido social con otras que dialogan de manera más formal con la colección del Museo.
La tercera edición de Visitas inesperadas es un proyecto concebido por Galerías de Arte de Cataluña, en el marco de la Semana del Arte. El evento tiene lugar simultáneamente en el Museo de Montserrat, en el Museo de Arte de Girona y en el MORERA, con seis obras por museo que se infiltran en las colecciones permanentes.
Seis obras que se relacionan con la colección del MORERA
Por las salas del MORERA podemos ver la pequeña instalación del artista Charo Corrales (Imaginart Gallery) donde reivindica el trabajo artesanal, el bordado, típicamente realizado por mujeres e invisibilizado a lo largo de la historia, la cual dialoga con el cuadro de las planchadoras de Carles Llobet Raurich.
En el ámbito dedicado al arte relacionado con la Guerra Civil, se ha añadido un dibujo de Juli González fechado en 1939 (Artur Ramon Art), que representa a la campesina Montserrat, una figura recurrente en la obra del artista en este periodo, que simboliza la resistencia al fascismo.
El elegante autorretrato de la fotógrafa Lídia Vives (Espai Cavallers) acompaña los dibujos de Xavier Gosé. La geometría de la pintura de Dominica Sánchez (Pigment Gallery) se ha infiltrado entre las investigaciones sobre el espacio de Antoni Abad y Jesús Mauri, mientras que la escultura móvil del suizo Lukas Ulmi (Villa del Arte Galleries), heredera de la vanguardia, lo hace entre las obras de Leandro Cristòfol. En cambio, el minimalismo de la naturaleza muerta de Pere Formiguera (La GaLeRia Batlle Argimon) contrasta con el majestuoso barroquismo del bodegón de Marina Núñez.