miércoles, 26 de junio de 2024
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Un proyecto de Andorra, seleccionado para los Premios de arquitectura de las comarcas de Girona 2024

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Los Premios de arquitectura de las comarcas de Girona 2024 que organiza la demarcación de Girona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) tienen acento andorrano. Y es que un proyecto de Altura, en colaboración con los catalanes Lacol, ha sido seleccionado de entre los 80 que se presentaron.

Ahora son 24 las obras escogidas en varias categorías y la propuesta Ca la Carolina (que opta a recibir el premio ‘arquitecturas’ que reconoce obras de nueva planta, reformas y rehabilitaciones) es una de ellas. Precisamente, la propuesta de Altura y Lacol es la rehabilitación de la casa de la abuela de Lluís Ginjaume, socio fundador del despacho de arquitectos andorrano, que manifiesta que ha sido un proyecto que les ha hecho “mucha ilusión” y en el que se ha involucrado totalmente no sólo porque detrás esté la vertiente sentimental de restaurar la casa familiar situada en Solivella de l’Empordà sino también porque ha trabajado de la mano de Lacol, unos socios que son también amigos.

Ginjaume destaca que haber sido ya seleccionados entre la octogésima de participantes en los premios y poder pasar, de esta manera, a la ‘final’ les hace “mucha ilusión”, porque supone ya un “reconocimiento”, además, teniendo en cuenta que la selección los enfrenta a equipos de gran nivel; precisamente, señala que esto hace aún más difícil que puedan optar al premio, que se otorgará el 7 de junio.

Encarar esta rehabilitación fue todo un “reto” para el equipo andorrano, que está acostumbrado a “trabajar en Andorra y en zonas de montaña” y se han tenido que adecuar a los materiales de la zona. Así, por ejemplo, la cal con la que se ha hecho el encalado de la casa o la cerámica. En el proyecto, sin embargo, se ha querido que fuera muy presente la huella de Altura de utilizar materiales naturales para incidir en la eficiencia energética. Colaborar con Lacol, en este sentido, les ha sido de gran ayuda, ya que Ginjaume destaca que comparten unos mismos “valores”.

El arquitecto detalla que la actuación en la casa de la abuela, situada en el casco antiguo de Solivella d’Empordà, una construcción “sencilla y humilde”, ha servido un poco para “darle la vuelta”, porque estaba muy orientada al norte y se ha buscado vincular el espacio de cocina, sala y comedor en la fachada sur. En la casa se había hecho una intervención en los años ochenta, en la que se modificó una ladera de la cubierta para ganar una habitación en el desván y un nuevo volumen añadido al patio. La nueva intervención establece un ‘diálogo’ con esta intervención, repitiendo el gesto de la cubierta en la otra vertiente y dando continuidad a los sistemas constructivos, y también se recupera el color rosa característico de la fachada. En este sentido, Ginjaume destaca que en el pueblo hay muchas casas que tienen portones y carpinterías de colores y se sigue esta línea. De esta manera, se combina el rosa y el amarillo en la fachada, unos colores que “contrastan con la sobriedad interior”. Ahora hay que saber si el jurado considera que esta obra debe ser premiada.

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