El 6 de mayo de este año el consejo de ministros del estado español aprobó la reducción de la jornada laboral de las 40 horas semanales a las 37,5. En Andorra, esta medida también la ha puesto sobre la mesa el Partido Socialdemócrata (PS). La formación pide que esto se pueda aplicar en puestos de trabajo como en la administración y en las empresas de más de 30 trabajadores. En cambio, para las pequeñas y medianas empresas sería opcional, aunque se convocarían ayudas e incentivos públicos.
La intención del PS no es tramitar ninguna proposición de ley al Consejo General para cambiar la legislación vigente, pero sí lo incluirá en su programa electoral para las próximas elecciones generales. Defienden que la medida permitiría disponer de una mejor conciliación familiar, una mejor salud mental para los trabajadores y que puede contribuir a una mayor productividad. Así lo explicaron este lunes pasado dirigentes de la ejecutiva.
Es la primera vez que un partido político pone sobre la mesa este tema y ya ha recibido algunas reacciones, como por ejemplo de la Confederación Empresarial Andorrana (CEA). “No lo vemos aplicable”, afirma el director de la CEA, Iago Andreu. La organización considera que el país no está preparado para una reducción de la jornada laboral por las particularidades de su economía basada en el sector terciario. “Estamos en una economía donde las personas trabajan en hoteles, tiendas, estaciones de esquí o en constructoras y reducir un 6% la jornada quiere decir que necesitaríamos más personas al hacer el mismo trabajo para que estas empresas estén abiertas”, argumenta Andreu. “Si el 80% de los trabajadores trabajaran en oficinas, sí que quizás se podría hacer la prueba”, relata el director.
Desde la patronal explican que desde la pandemia existe constantemente la necesidad de buscar personal y que los asalariados han ido incrementando. En este sentido, Andreu declara que estas dos casuísticas acaban “poniendo presión” en algunos servicios del país, como por ejemplo en materia de vivienda, en la movilidad por el país, en los servicios públicos y en el consumo de energía. “Si se aplicara la medida, quería decir que para hacer el mismo trabajo necesitaríamos más personas. Por lo tanto, si ya nos dicen que tenemos que crecer de manera sostenible y que a las empresas se les ha dicho que no se puede crecer más, es un poco contradictorio”, menciona el director.