Sant Sadurní d’Anoia encara con preocupación la posible llegada de una sala de juegos recreativos y apuestas al centro del municipio. Tanto el Ayuntamiento como los vecinos y las asociaciones de tenderos se han mostrado en contra, pero la normativa municipal permite la instalación de un equipamiento de este tipo.
De momento, los vecinos y los tenderos han empezado a recoger firmas para evitar que Megralia Global abra un negocio de 220 m² en la plaza Pau Casals. La compañía ya ha pedido la licencia para abrir, pero la ubicación escogida, cerca de escuelas y centros educativos para jóvenes, levanta muchas dudas sobre su idoneidad.
El gobierno municipal, formado por ERC, PSC y los Comunes, tampoco ve con buenos ojos la instalación de la sala de juegos en esta ubicación: “Digamos rotundamente ‘no’, pero tenemos las herramientas que tenemos”, asegura el alcalde, Pere Vermet, que matiza que la normativa urbanística no impide este tipo de aperturas.
Los vecinos lamentan que estos salones de juegos de azar son “un caudillo de vicio”, y su ubicación cerca de las escuelas hará que “los alumnos de un instituto y una escuela pasarán al menos dos veces por delante, cada día, y no queremos que vean esta actividad como algo normal”, explica una de las vecinas. Además, critican que son negocios que no aportan “valor añadido al tejido comercial” y fomentan “el riesgo de adicción”.
“Estos negocios se alinean con un modelo de pueblo que no queremos”
Juncosa asegura que el gobierno comprende el malestar de los contrarios a la apertura del salón. “Estos negocios se alinean con un modelo de pueblo que no queremos”, asevera el alcalde, que dice que “no se pueden obviar las problemáticas sociales asociadas a las apuestas”. Con todo, también precisa que el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de 2018 tiene una cláusula que autoriza la apertura de establecimientos de juegos y apuestas, de manera que “las herramientas para detenerlo son limitadas”.
La tramitación de la licencia está ahora en periodo de exposición pública hasta el 8 de abril. Juncosa indica que, si el vecindario y los comerciantes presentan alegaciones “bien fundamentadas y argumentadas”, el Ayuntamiento tendría argumentos para no conceder la licencia. “Tenemos la determinación de agotar todas las vías para impedir la apertura de este negocio”, subraya. Al mismo tiempo, confía en que la polémica por sí sola acabe condicionando el interés de los promotores y que estos se uticen atrás.
Si esto ocurre, el gobierno no descarta aprobar seguidamente una moratoria de un año para bloquear las futuras licencias en salones recreativos mientras el consistorio tramite una modificación urbanística que evite la apertura de estos negocios al pueblo.
El alcalde resalta, sin embargo, que esta moratoria y modificación urbanística sólo se podría hacer si el interés de los promotores del nuevo negocio en la plaza Pau Casals paran su proyecto, “si no, se podría denunciar al gobierno por prevaricación”.