Los pasajeros del aeropuerto de El Prat pudieron presenciar hace pocos días, entre divertidos y horrorizados, la grotesca escena que provocó un pasajero con síntomas de intoxicación etílica e irrefrenables ganas de vaciar la vejiga.
El caso es que el hombre tuvo necesidad de orinar y no encontrando -o encontrando cerrados- los lavabos del aeropuerto, optó por aligerar la vejiga en un rincón, junto a las puertas giratorias.
En cualquier país serio sería expulsado del aeropuerto y a comisaría. 🇪🇸📍 #Barcelona pic.twitter.com/FXHw7wXgPk
– 🔱⚜️🔰Predator🔰⚜️🔱 (@predatole) November 24, 2024
Aún iniciando la operación, apareció un guarda de seguridad en patinete que le recriminó la acción y le indicó la dirección de los baños.
Parece que el individuo encontró, de nuevo, cerrados los lavabos, mientras la presión en el entrecejo iba en aumento. De vez en cuando, una bolsa abandonada en una papelera se convierte en la solución perfecta para el dueño pasajero.
El hombre orina dentro de la bolsa y, cuando una vez hecho el hecho, se le vuelve a acercar al vigilante de seguridad en patinete, el hombre le pide perdón y comprensión, dado el estado de angustia con que se había encontrado.