La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de prisión a un hombre por agredir sexualmente a otro en una sala de una discoteca de Barcelona en enero de 2020. El tribunal considera demostrado que el acusado penetró analmente sin preservativo a otro cliente sin su consentimiento en la llamada cámara oscura. Las acusaciones pedían diez años de prisión, y un magistrado ha presentado un voto particular pidiendo la absolución del ahora condenado.
Según consideran probado dos de los tres magistrados, entre las 4.30 horas y las 5 de la madrugada del 26 de enero de 2020 acusado y víctima se encontraron en la cámara oscura de una conocida discoteca de la calle Balmes de Barcelona. No se conocían, pero el acusado explicó durante el juicio que el denunciante lo empezó a tocar y él se dejó. Intimaron, hablaron, acariciaron y se hicieron pitones. En un momento determinado el denunciante le practicó sexo oral y luego el acusado penetró analmente al denunciante, se volvieron a petonear de cara y le hizo una segunda penetración con eyaculación final.
La Audiencia dice que cuando el acusado le propuso mantener relaciones anales, el denunciante se opuso porque ninguno de los dos llevaba preservativos. Aun así, el acusado, “pese a la negativa expresa” del denunciante, que le dijo que “no quería” hasta tres veces, intentó bajar los pantalones de la víctima varias veces y lo intentó girar de cara a la pared. El denunciante intentaba girarse y se tapaba el ano con la mano para evitar la penetración, demostrando así que no quería aquella práctica, dice la sentencia. Sin embargo, el acusado venció la resistencia física, lo giró y finalmente lo penetró y eyaculó en su interior en poco tiempo. Finalmente, empujó a la víctima y salió de la sala.
La sentencia también establece que el denunciante sufre trastorno por estrés postraumático con ansiedad importante, tuvo que ser tratado por psicólogos y psiquiatras, pero aún tiene síntomas como baja autoestima, miedos, males recurrentes con episodios de violencia armada contra él y su familia, conductas evitativas, sentimientos de culpabilidad, bloqueo emocional y problemas sexuales.
Preguntado por si la víctima se resistió o se quejó porque la penetración era sin preservativo, el acusado dijo que no y que una vez acabaron el denunciante no se quejó, salieron juntos de la cámara oscura y se intercambiaron los teléfonos móviles.
El acusado explicó que la cámara oscura tiene poca visibilidad, y hay música, pero un grito habría sido audible para otras personas que practicaban sexo a la vez y muy cerca, o por los camareros y vigilantes de la discoteca que pasaban a menudo por allí.
El amigo que acompañaba a la víctima explicó que él y la víctima habían ido algunas veces a otras cámaras oscuras, pero el denunciante le aseguró que nunca había mantenido relaciones sexuales en su interior. Por eso le sorprendió que mantuviera contacto sexual con el acusado, y aún más que se dejara penetrar analmente. Sin embargo, con cierto sentimiento de culpa, aseguró que no supo ver que la penetración no era consentida y que no quiso intervenir.
Al acabar la penetración, la víctima salió rápido de la cámara oscura y él lo siguió. Ya afuera, le dijo: “¡Yo no quería, se me ha escurrido dentro!”. Estaba nervioso y muy alterado, dijo, quiso ir al lavabo y recoger la chaqueta y marcharse. En el guardarropa se encontraron al acusado, que habló unos momentos con la víctima. Después el amigo y la víctima se marcharon de la discoteca. El testigo preguntó al denunciante si quería que le acompañara al hospital o a la policía, pero la víctima quiso ir a casa.
Por todo ello, el tribunal le impone cinco años de prisión por el delito de violación, cinco años más de libertad vigilada, así como la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante 12 años, 15.000 euros de indemnización a la víctima por los daños morales y las secuelas. Un magistrado ha presentado un voto particular proponiendo la absolución por la apreciación de una duda razonable al considerar que no ha quedado corroborado por pruebas externas de que la relación no fuera consentida hasta el final.