Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional han detenido a 14 personas relacionadas con un grupo dedicado a la producción industrial de marihuana desde casas de lujo de El Maresme. La operación policial se llevó a cabo el 13 de marzo, cuando se realizaron seis entradas y perquisiciones en domicilios de El Maresme y se intervinieron 110 kilos de cabello de marihuana aptos para la venta y 7.000 plantas en diferentes estados de floración. También se intervinieron cinco vehículos, desde alta gama a otros que se utilizan para los desplazamientos de los miembros de la organización y para el transporte de la droga y materiales. Una de las detenciones se realizó en el aeropuerto de El Prat. El grupo se estructuraba alrededor de un clan familiar.
La fase de explotación continuó el 14 de marzo con dos nuevas entradas y allanamientos, que sirvieron a los investigadores para recopilar más información sobre la estructura criminal. Un día después, los detenidos pasaron a disposición judicial.
En un primer momento se detuvo a 13 personas y el 25 de marzo se realizó otra detención, en el aeropuerto de El Prat.
La organización se estructuraba alrededor de un clan familiar de origen iraní, pero con documentación holandesa, aunque la mayoría de los integrantes residían en la zona del Maresme desde hacía varios años. Algunos de estos miembros se habían especializado en el cultivo interior de marihuana.
Los investigadores detectaron en las entradas a las plantaciones una alta sofisticación y automatización. Además, algunos de sus miembros tenían experiencia previa en el cultivo de marihuana. A los líderes del grupo les constan antecedentes en Holanda por tráfico de drogas antes de asentarse en el estado español.
A los arrestados se les acusa de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico.
Tanto las plantaciones como las viviendas de los jefes del grupo estaban ubicadas en casas unifamiliares a cuatro vientos en varias urbanizaciones de lujo de El Maresme. Los investigados las alquilaban pagando grandes cantidades de dinero, lo que les hacía pasar desapercibidos por la policía. Además, escogían casas aisladas de núcleos urbanos y no tenían contacto con otros residentes de la zona.
El grupo estaba liderado por varios hermanos y otros familiares directos que conformaban una estructura jerárquica rígida en la que nunca utilizaban personas ajenas al grupo para mantener su discreción. Sólo en casos puntuales requerían servicios de terceras personas poco cualificadas para tareas de mantenimiento del cultivo, tratamiento de la marihuana, envase y transporte de la droga para su posterior venta. Todo era supervisado por los jefes del grupo criminal. Los investigadores detectaron que estos jardineros no tenían conocimiento global del entramado criminal para el que trabajaban.
Otros investigados proveían a la organización de material y equipos especiales para la producción. Otros componentes controlaban varias empresas dedicadas a la gestión inmobiliaria para la obtención de las casas y alquiler de vehículos, empleados por la organización.
La actividad criminal mantenida en las plantaciones se determinó de acuerdo con el exagerado consumo eléctrico detectado por la compañía eléctrica.
383.469 euros de consumo eléctrico defraudados
Durante la operación, 17 técnicos de Edistribución comprobaron las conexiones a la red eléctrica en seis domicilios y locales. En todas las inspecciones realizadas se detectaron conexiones fraudulentas que comportaron 1,53 Gwh de energía defraudada, que equivale al consumo de una población de 438 viviendas, teniendo en cuenta un consumo anual de 3.500 kwh/vivienda3. El coste de la energía defraudada asciende a 383.469 euros.
