Calzados Cubedo, una zapatería casi centenaria, que había llegado a tener hasta seis locales por toda Barcelona, bajó la persiana el sábado pasado, cuando faltaba un año para el centenario de su fundación, en 1925.
Según informa Betevé en su portal, su propietario, Josep Cubedo, ha decidido cerrar su último establecimiento, en la Via Laietana, junto a la plaza de l’Àngel, que fue la que dio origen al negocio, fundada por los abuelos de Josep.
“Fue la primera del barrio y ha sido la última”, explica quien representa, junto con su hermana, la tercera generación de tenderos.
LOS PROBLEMAS SE SUMAN CONTRA EL PEQUEÑO COMERCIO
En 2017, según Cubedo, comenzó el descenso fuerte: primero, la pérdida de clientes extranjeros (“un 90 % de las ventas”) a raíz del atentado de La Rambla, seguida de los dos años de obras frente a la tienda para instalar el ascensor en el metro de Jaume I.
A la pandemia y al crecimiento de la venta en línea les han seguido las obras actuales de reforma de la vía Laietana. Y para terminar,
“las muchas exigencias por parte del Ayuntamiento, muchas”
, remata.
Aunque los Cubedo eran los propietarios del local, ni siquiera eso les ha hecho subsistir. “Estamos en una finca con tres catalogaciones y solo para arreglar cosas del edificio, en los últimos tres años hemos estado pagando
1.400 euros mensuales”
, ha explicado Cubedo a Betevé.
Según Cubedo, la proliferación de ‘top manta’ también les hizo mucho daño, ya que las zapatillas deportivas representaban un 30% de sus ventas y, claro, las pequeñas zapaterías no podían competir de ninguna manera con los precios de las falsificaciones (que tampoco tenían que pagar ningún tipo de tasa).
UNA TIENDA DE ROPA LOCAL
Ahora los Cubedo han alquilado de manera consciente el local de Via Laietana a una pareja de aquí que iniciarán un negocio de ropa. El último local que tenían en propiedad y tuvieron que vender, en el paseo Juan de Borbón, ahora en tres espacios, hay una tienda de recuerdos, una de carcasas de móviles y una de gafas.
Josep Cubedo y su hermana tienen la espina clavada de no haber podido llegar a celebrar el centenario del negocio familiar, pero las circunstancias económicas les han empujado a tomar la amarga decisión de cerrar la paradeta.
