La Sala de lo Penal ha confirmado la condena al pago de una multa de 1.080 euros a Alejandro Colomar, un joven de Aldaia, Valencia, por un delito de desobediencia. Alejandro se presentó desnudo en la Ciudad de la Justicia de Valencia para acudir a un juicio que tenía pendiente precisamente por negarse a vestirse.
Los hechos
Los primeros hechos tuvieron lugar en agosto de 2020, cuando el joven acudió a presentar una denuncia en la Comisaría de Distrito Marítimo de Valencia. Alejandro se disponía a interponer una denuncia contra una persona que la habría amenazado. El joven pasó 15 minutos en la sala de espera del recinto y, a pesar de pedirle reiteradamente a los agentes que se vistiera, se negó y acabó siendo detenido.
En la segunda ocasión, en septiembre de 2022, Alejandro llegó desnudo a la Ciudad de la Justicia de Valencia. En aquella ocasión, los agentes le pidieron que se vistiera y no le interpusieron ninguna sanción, ya que entonces sí llevaba una muda de ropa en una mochila.
La sentencia
Así pues, la sentencia considera que la orden impartida por los agentes fue legítima, de acuerdo con los criterios de actuación policial. Había otras personas en la comisaría que se habrían sentido incómodas, y se ratifica que la conducta de la policía “era necesaria para mantener el orden público y la convivencia pacífica“.
El abogado de Alejandro, Pablo Mora, ha explicado que la mayoría de las sanciones que le han impuesto son por la vulneración de un artículo de la Ley mordaza, explicando que ir desnudo por la calle no es un delito. Actualmente, hay un vacío legal al respecto, desde que en 1988 se eliminó el delito de escándalo público. Las ordenanzas municipales son las que se encargan de esta regulación.
El letrado también apela a una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre un caso similar, en la que se estableció que el nudismo respondía a una libertad ideológica.
La forma de vida de Alejandro
Alejandro, un joven naturista, explica que nunca ha sido incómodo con el hecho de ir desnudo, y que hacía tiempo que se enteró de que era una práctica legal. Ha querido reivindicar su derecho a la libertad, declarando que lo seguirá haciendo, y que está dispuesto a pagar las multas y el abogado.