La incertidumbre sobre la presidencia de la Generalidad de Cataluña llega a su recta final.
Tras sellar un preacuerdo con el PSC, Esquerra someterá a las bases los resultados de la negociación.
Los republicanos están tratando de explicar durante esta semana las bondades del pacto en todo el territorio para evitar que la consulta a la militancia del viernes no tumbe la alianza con los socialistas.
La joya de la corona del preacuerdo es el nuevo sistema de financiación para Cataluña.
Según el texto, la Agencia Tributaria de Cataluña actuará como una hacienda catalana y gestionará, recaudará, liquidará e inspeccionará todos los impuestos en Cataluña.
Todo fruto de unas modificaciones que se iniciarán en 2025.
Además, el documento también recoge cuestiones como la defensa de la lengua catalana, el feminismo y políticas sociales.
De hecho, la misma pregunta de la consulta busca poner en valor estos puntos: “¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto de político y el resto de medidas acordadas?”
División en las filas republicanas
Twitter se ha convertido en el principal altavoz de los partidarios del ‘no’ a la consulta.
Estos buscan emular el viraje que provocó la militancia en la posición sobre el Estatuto.
Aunque no era la propuesta del oficialismo, las bases forzaron a que el partido terminara haciendo campaña por el ‘no’ en el Estatuto.
Los opositores al pacto con el PSC están siendo quienes se hacen escuchar más en las redes y los más contundentes.
En cambio, figuras de renombre que parecen partidarios a apoyar a Illa están optando por mensajes tibios.
Uno de ellos es el alcalde de Manresa, municipio más grande que gobiernan los republicanos. Marc Aloy ha subrayado los avances del pacto en una pifia claramente favorable al documento, pero no ha puesto en ningún sitio que su voto será un ‘sí’.
Mientras tanto, figuras como la diputada en el Congreso Pilar Vallugera, el ex alcalde de Roses Joan Plana y muchos otros están siendo contundentes en los mensajes.
El acuerdo habla de hitos históricos que hemos perseguido durante más de 40 años y nunca nadie ha alcanzado.
De entrada un agradecimiento a la dirección nacional de @Esquerra_ERC por el buen trabajo y especialmente al equipo negociador.
¡Gracias! @martarovira @jmjovellado @martavilaltat @julifernandez https://t.co/oMhRwKXRZ6– Marc Aloy Guardia 🎗 (@marc_aloy) July 30, 2024
Seguramente, los más claros han sido referentes como Joan Tardà, que siempre ha defendido un entendimiento entre las izquierdas, y los propios miembros de la ejecutiva.
Estos días están haciendo encuentros en el territorio para poder resolver las dudas de la militancia y salvar una votación que podría ir ajustada. Quien todavía no se ha pronunciado es Junqueras.
Miembros de la Ejecutiva Nacional han presentado el preacuerdo de investidura a la militancia del Camp de Tarragona antes de la consulta a las bases que se realizará este viernes. @raquelsans @esalberich @Irenemont_roig @nllaurado pic.twitter.com/N8Ene5sutc
— ERC Camp de Tarragona (@esquerracamp) July 30, 2024
Pressing ERC
Desde los sectores más intransigentes del independentismo no han tardado en poner el grito en el cielo por una hipotética presidencia de Salvador Illa.
Conscientes de que el ‘no’ a la consulta es la única manera de mantener viva la figura política de Carles Puigdemont, Junts ha cargado contra el pacto.
Los posconvergentes aseguran que el preacuerdo de ERC “asume el marco político del PSC” y se basa en “reformas legislativas inciertas”.
En un comunicado han criticado este futuro concierto económico solidario.
“Que la Agencia Tributaria pueda recaudar y liquidar todos los impuestos, pero el Gobierno de Cataluña no tenga el poder sobre el dinero recaudado, no es soberanía y no evita los incumplimientos del Estado”, avisan.
Además, disparan contra el candidato socialista, quienes definen como un político que “ha sido siempre el más favorable a la represión” y “el menos comprometido con la lengua catalana”.
— Lluís Llach (@lluis_llach) July 30, 2024
Su brazo en la sociedad civil, la ANC, también ha sido dura con Esquerra. Lluís Llach, su presidente, ha amenazado con que su organización “hará lo que sea para que Illa no sea presidente” y ha avisado de que el ‘sí’ a la consulta enviaría a ERC “a la papelera del independentismo”.
Algunos de sus militantes ya han empezado a acosar ayuntamientos y sedes republicanas y han lanzado un mensaje: “¡si hay investidura, estés a punto!”.
Se espera que en caso de haber debate en el Parlament, este sector del independentismo podría organizar movilizaciones similares a las de la segunda investidura de Ada Colau, donde ocuparon la plaza Sant Jaume para protestar contra el pacto.
O incluso podrían ir más allá.
El PSC espera
Mientras tanto, los socialistas catalanes evitan el mínimo ruido que pueda hacer temillar el pacto.
Han dejado todo el trabajo de explicar el preacuerdo a los republicanos y se han limitado a esperar qué votará su militancia.
De hecho, el PSC no comparecerá para dar a conocer su versión de las negociaciones hasta después de la consulta.
Para cerrar la investidura, sin embargo, faltarían todavía seis votos.
Estos llegarán de los Comunes, con quienes ya han sellado un pacto que validará el Consejo Nacional de la formación de Ada Colau.
Aunque el PSOE ha dado el visto bueno al preacuerdo y Pedro Sánchez lo ha catalogado como “bueno para Cataluña y España”, algunas de las críticas han llegado de las mismas filas socialistas.
Si los independentistas ven el concierto económico como papel mojado, los líderes más centralistas del PSOE lo interpretan como un gesto insolidario.
El castellano-manchego Page y el aragonés Lamban creen que es “intolerable” y un “rotura brutal de la igualdad”.
A este discurso se ha sumado Jorge Pueyo, diputado de la Chunta Aragonesista al grupo de Sumar, que pide el mismo trato por Aragón.
En caso contrario, no daría apoyo parlamentario a los cambios legislativos necesarios para este concierto económico.
Si la militancia de Esquerra dice sí, será el turno del PSC y de Pedro Sánchez para explicar los detalles del pacto y calmar las aguas de algunas federaciones socialistas.