Martí entra puntual a las nueve y media de la noche en la antigua sede de la UNED en Girona para pasar la noche. Es uno de los sin techo que es usuario de este servicio del Ayuntamiento. Además de dormir en ella, puede comer lo que lleva en una bolsa, tomar un poco de caldo caliente y desayunar al día siguiente. Hace unos días llegó derivado del centro de acogida La Sopa y ha decidido quedarse porque “vivir en la calle con este frío es insoportable”. La Raquel Rico es la técnica de sinhogarismo del Ayuntamiento de Girona. Está satisfecha porque Martí ha decidido quedarse y “crear vínculo”. La realidad es que la ola de frío ha llevado a muchas personas que viven en la calle a hacer uso del Plan Frío, que se ha reforzado para poder dar respuesta.
En mayo de 2024, el Ayuntamiento de Girona y Cáritas contaron 111 personas sin techo que dormían en la ciudad. Actualmente, aunque no se ha hecho ningún nuevo recuento, la entidad y el consistorio dan por hecho que son muchas más. Desde hace unas semanas el Ayuntamiento ha puesto en marcha el Plan Frío para que estas personas tengan un espacio caliente donde poder dormir, ya sea en el centro de acogida la Sopa o bien en el antiguo edificio de la UNED, que también se encuentra en el Barrio Viejo. A las nueve y media de la noche se abren las puertas de la antigua UNED para recibir a los sin techo. En la puerta ya hay una cola de unas veinte personas y se da por hecho que las cerca de 50 camas que hay quedarán ocupadas. Hasta las diez de la noche pueden llegar los usuarios. Muchos lo son desde el inicio del Plan Frío pero otros llegan nuevos. Es el caso de Kamara. Él es de Gambia y hace solo dos meses que llegó con una pastera a Gran Canaria. De allí a Girona, donde se quiere quedar. Pide que no lo grabemos, porque no tiene su situación regularizada, pero nos dice que se quiere quedar a dormir en la antigua UNED. “No tengo en ningún lugar dónde ir y hace mucho frío. Suerte que puedo venir aquí”, explica. Compartirá habitación con Martí, que hace seis años que vive en la calle y con Jose, que hace cinco. Martí dice que las bajas temperaturas son “insoportables” y asegura que la gente “no es consciente” de lo que supone dormir al raso cuando hace tanto frío. Jose, que duerme justo al lado, señala que el frío es un “problema más” al que supone tener que pasar la noche en la calle. Jose deja claro que se quedará hasta que acabe el plan de frío el día 1 de mayo. Los usuarios que actualmente van a La Sopa o a la antigua UNED a pasar la noche no pueden dejar la cama libre más de dos noches consecutivas, porque si no pierden la plaza. De esta manera, se quiere intentar asegurar que hagan uso del servicio cada día. La técnica de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Girona, Raquel Rico, explica que la mayoría de los sin techos habituales de Girona saben que existe el Plan Frío y siempre preguntan cuándo se activa. La realidad, sin embargo, es que notan un incremento de personas cuando se producen olas de frío como las de esta semana. En el puente de hierro nos encontramos en el Abdul. Él es de Base, al este de Gambia. Hace unos años que ha llegado a Girona y también ha estado en Alemania. Como su compatriota prefiere que no lo grabemos. Explica que pasará la noche en un rincón del Barri Vell de Girona donde tiene mantas y ropa, pero sopa en el puente porque está iluminado. Dice que ha pasado por algunos centros varias veces, pero que ahora prefiere dormir en la calle porque ha encontrado “un buen lugar”. “Hace mucho frío y se nota, porque cuesta dormir. Pero espero que solo sean unos días”, dice.
Refuerzo del Ayuntamiento
Para afrontar esta situación, el Ayuntamiento de Girona ha reforzado y ampliado las plazas para dormir en el centro de acogida la Sopa y el edificio de la antigua sede de la UNED ante la ola de frío. En total, se han instalado 25 camas más, 20 de ellas en la Sopa y cinco más en la antigua UNED. El consistorio prevé mantener el plan de emergencia mientras dure la previsión meteorológica de frío intenso y reconoce que, a pesar del refuerzo que hacen, todavía hay mucha gente que duerme en la calle estos días de frío intenso. De hecho, la concejala de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Girona, Amy Sabaly, ha explicado que el equipo de calle de servicios sociales y la Policía Municipal son los encargados de difundir esta información entre las personas que tienen localizadas que duermen en la calle. Con todo, Sabaly señala que se trata de un colectivo que “cuesta mucho movilizar” para que vayan a dormir a la Sopa o a la antigua UNED y da por hecho que no llenarán este incremento de plazas. A modo de ejemplo, el pasado lunes solo tres personas que duermen en la calle hicieron uso del servicio. La regidora explica que en muchas ocasiones son personas que van cargados con sus pertenencias encima y que están en barrios alejados del Barrio Viejo, donde están los dos lugares para refugiarse y optan por no ir. “Si no quieren, nosotros no podemos hacer nada”, recuerda Sabaly.