La compra de pisos para destinarlos a alquiler social es una de las patas de las políticas de vivienda del Ayuntamiento de Girona.
Durante el mandato anterior, el entonces equipo de gobierno (Junts y ERC) selló un acuerdo con Guanyem para destinar 4 millones de euros (MEUR).
Una cantidad que, con el presupuesto de este 2024, ya con Lluc Salellas como alcalde, se ha incrementado en casi un millón más.
Desde entonces, el consistorio ha incrementado el parque público de vivienda con 38 pisos, de los que tres se han comprado este año.
Se encuentran repartidos por toda la ciudad, fundamentalmente en los barrios de Santa Eugènia, Sant Narcís, Domeny y Montilivi.
La intención del gobierno es que, desde ahora y hasta diciembre, a este paquete se sumen hasta 24 pisos más.
De ellos, el ayuntamiento ya está formalizando la compra de dieciséis viviendas (con las partidas de los presupuestos 2021-2023) y está estudiando adquirir otras ocho (con el dinero de las cuentas de este 2024).
“Son pisos que irán destinados a familias vulnerables; el acceso a la vivienda nos preocupa, y durante los últimos años las administraciones no hemos sido lo suficientemente ágiles para poder generar la oferta necesaria”, explica el alcalde de Girona en una entrevista a la ACN.
“Por lo tanto, siguiendo lo que ya se acordó, desde el equipo de gobierno lo que queremos es potenciar su compra“, añade Lluc Salellas.
El alcalde, sin embargo, también admite que a la hora de ejercer su derecho de tanteo y retracto, el Ayuntamiento de Girona tiene claro que la prioridad la tiene la ciudadanía.
“Cuando nos encontramos ante posibles compradores que cumplen los requisitos y pueden acceder a esa vivienda, como consistorio dejamos que lo hagan y nos centremos en buscar otras operaciones”, concreta Salellas.
La rehabilitación integral, pendiente
A la hora de adquirir nuevos inmuebles, el consistorio ahora también escoge aquellos que no necesitan grandes reformas para entrar a vivir.
También, porque en estos casos el proceso para hacer las rehabilitaciones es mucho más ágil.
Salellas explica que, de aquellos pisos que se han incorporado a la bolsa pública desde 2021, ya se han ido “poniendo al día” todos aquellos que requerían hacer pocas obras (de hecho, con este objetivo, el presupuesto de este año recoge una partida de 100.000 euros).
Ahora bien, lo que todavía hay pendiente es, precisamente, rehabilitar todo el bloque comprendido entre los números 149 y 151 de la calle Santa Eugènia (un edificio que se adquirió en el mandato anterior).
“En este caso, estamos pendientes de encontrar la fórmula que nos permita sacar adelante esta reforma integral; se trata de un tema más legal, de ver cómo se puede sacar adelante esta contratación”, precisa Lluc Salellas.
Solares municipales
Ahora mismo, en la bolsa municipal de Girona hay 73 contratos vigentes.
En paralelo, otro eje de las políticas de vivienda pasa por impulsar las promociones de protección oficial.
Y aquí, junto a los acuerdos con la Agencia Catalana de la Vivienda, el Incasol o las entidades del tercer sector, el alcalde de Girona explica que el consistorio está estudiando qué potencial tienen los diferentes solares municipales para permitir que se hagan pisos.
“Estamos haciendo una valoración de todas las parcelas de que disponemos para ver cuáles se podrían destinar a estos usos; y poder, por ejemplo, cederlas a un tercero para que haga vivienda protegida”, concreta Salellas.
Además, el consistorio también evalúa si es viable adquirir solares que se encuentren en manos de privados (un punto al que el presupuesto de este 2024 destina 350.000 euros).
“Veremos si tenemos capacidad para hacerlo o no; porque de entrada, lo que nos hace falta es tener la valoración de nuestras parcelas, y eso es un proceso largo”, admite Salellas. “En todo caso, sin embargo, la voluntad está, y si este año no podemos hacerla efectiva, el dinero destinado a adquirir terrenos este 2024 se puede redirigir a comprar más pisos”, afirma el alcalde.
Sareb y grandes tenedores
Por último, en materia de vivienda, Salellas también hace referencia a los esfuerzos que se están haciendo para conseguir movilizar pisos vacíos en manos de grandes tenedores.
Hasta ahora, el Ayuntamiento de Girona ya ha recaudado más de 20.000 euros con el recargo de hasta el 150% del IBI que ha aplicado por primera vez a todos aquellos casos que ha detectado.
“Lo que intentamos es hacer presión con las herramientas de que disponemos, teniendo en cuenta que el proceso no es fácil”, explica el alcalde. “Pero tenemos claro que el derecho a la vivienda es infranqueable, y que por tanto no debemos permitir que los grandes tenedores especulen en ella”, afirma Salellas.
Y aquí, precisamente en referencia a los pisos vacíos, el alcalde tampoco se olvida de toda esa bolsa de viviendas desocupadas que tiene la Sareb en la ciudad.
“Precisamente, hay que tener en cuenta que la Sareb también es un gran tenedor, y aunque es verdad que el diálogo está, también es cierto que no va tan ágil como debería”, lamenta Salellas.
“Por tanto, nosotros exigimos que se cumpla el compromiso adquirido, y que haya políticas claras y activas para facilitar que estos pisos vayan a parar en manos de los ayuntamientos para poder ofrecer alquiler social, que es lo que necesitamos”, concluye.