La Audiencia de Girona ha juzgado a un acusado que se enfrenta a 5 años y medio de prisión por hacer tocamientos a una niña de 13 años en Figueres en agosto de 2020. Según la fiscalía, el procesado era la pareja de la abuela de la menor y acusado y víctima tenían una relación “asimilable a la paternofilial”.
La acusación pública sostiene que, el día de los hechos, el acusado entró en la habitación de la menor, se le lanzó encima y le tocó los pechos. La niña logró escabullirse y avisar a su abuela. La víctima ha declarado a puerta cerrada. Tanto el acusado como la abuela niegan los hechos y alegan que la niña era muy rebelde y que fue “acumulando odio” hacia el procesado porque le descubría mentiras y ponía en evidencia su mal comportamiento.
El juicio, que se ha realizado en la sección tercera de la Audiencia de Girona, ha comenzado con la declaración de la víctima, a puerta cerrada y evitando la confrontación visual con el procesado.
La fiscalía sostiene que el procesado, como pareja de la abuela de la menor, vivía con ella y con sus dos hermanas pequeñas en Figueres. El hombre asumía un rol parecido al de un padre con las niñas.
El día de los hechos
En una fecha que no se ha podido concretar, pero a lo largo del mes de agosto del 2020, según el escrito de acusación, el procesado entró en la habitación de la víctima, que entonces tenía 13 años, se le lanzó encima, le quitó la camiseta y le hizo tocamientos en los pechos. La menor lo empujó, consiguió huir y fue a avisar a su abuela, que se encontraba en otra habitación del domicilio.
La abuela de la menor ha explicado que llevó a las tres hermanas desde Colombia a vivir con ella para protegerlas y ha puesto en duda el relato de la víctima. De hecho, ha llegado a decir que cree que es “mentira”. Según su versión, la relación entre la denunciante y el acusado fue buena hasta que la víctima comenzó a ir al instituto y a tener mal comportamiento. La mujer remarca que la niña fue “acumulando rabia” hacia el procesado porque era quien le descubría mentiras o le encontraba objetos que había robado y le explicaba a ella, que acababa rezando a la menor.
Por ello, tanto la abuela como el procesado sostienen que la niña se inventó los presuntos abusos como venganza. También han relatado que, tras la denuncia, la Generalitat declaró a la menor en desamparo y fue a vivir a un centro de acogida. Las dos hermanas más pequeñas continúan conviviendo con la pareja.
El Equipo de Asesoramiento Técnico Penal que valoró la víctima concluye que su relato “no tiene indicios de fabulación ni de tergiversación” y que tampoco apreciaron ninguna intención de perjudicar al acusado: “Había sufrimiento porque no la creían”.
La fiscalía sostiene, de acuerdo con la declaración de la menor y en el informe pericial, que hay suficientes pruebas para condenar al procesado como autor de un delito de abuso sexual a 5 años y 6 meses de prisión. La defensa, por el contrario, argumenta que hay contradicciones nucleares en su versión y que la mala maravilla a nivel familiar no descarta que haya ánimo espurio. Por ello, pide la absolución.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
