viernes, 25 de abril de 2025
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Llega un verano menos cálido a Andorra, según el servicio meteorológico del país

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El servicio meteorológico nacional no prevé un verano tan cálido como el de los dos últimos años. El verano de 2022 fue uno de los más calurosos desde 1950 con una temperatura media de 21,3 grados, registrada en la estación central de FEDA. Aunque en los últimos meses las temperaturas medias han sido más altas de lo que tocarían por la época, no se espera batir récords, por ahora, este julio y agosto.

“Llevamos muchos meses más cálidos de lo normal y la tendencia es similar, pero no se prevé tan cálido como el de los últimos dos veranos“, ha explicado Lucia Rivero, técnica del servicio, sobre la previsión de este verano. “Este junio no ha sido tan cálido como el del año pasado”, ha añadido Rivero. Así lo muestran los datos de la estación de Aixàs, ya que por ejemplo este último mes de junio la temperatura máxima fue de 28,5 grados, el día 28; mientras que el año pasado fue de 30,06, el día 25.

Los dos últimos veranos se produjeron varias olas de calor, una situación que este año se podría repetir, pero de menor duración. “Es posible algún pico de calor, pero no se prevé la persistencia de calor de los últimos años”, ha manifestado Rivero, que ha añadido: “Lo iremos siguiendo, la primera quincena de julio no tendremos y la última tampoco, pero no se descarta que en agosto haya”. En cuanto a precipitaciones, la previsión es que sea entre normal o seca por estas fechas, con algunas tormentas por la tarde.

Un aspecto positivo es que esta primavera ha sido “lluviosa en general“, ha afirmado la experta. Si se comparan las precipitaciones caídas durante la primavera de 2023 con las de este año, la diferencia es bastante grande. El año pasado se registraron 210 mm en el norte del país, mientras que esta temporada ha sido de 366 mm.

Mensualmente, durante marzo de 2024, el servicio meteorológico registró casi 200 mm, mientras que el mismo periodo de 2023 sólo 50 mm. En abril quedaron grabados 140 mm, mientras que el mismo mes del año pasado fueron 75; en mayo de este año 120 mm, en cambio, en el mismo mes de 2023 fueron 35. Por el contrario, el mes de junio fue más lluvioso el del año pasado que el de este año, con unas cifras de 140 mm a 71.

Todo ello ha dejado unos buenos caudales en los ríos, dado que el índice de precipitación (SPI) del boletín de los recursos hídricos del Principado marca que está en torno al 1 estos primeros seis meses de 2024. “Si estuviera por debajo del -1 sería una situación grave; si está por debajo de 0, no es preocupante; y por encima de 1 sería superávit”, remarca el especialista.

De todas maneras, si se coge el SPI de los últimos 24 meses, se puede comprobar que el territorio aún no se encuentra en la mejor situación. “Estos seis meses está alrededor de 1, pero si vas a doce y los últimos 24 meses todavía no estamos en la normalidad, tendremos que ver los meses siguientes”, asegura la profesional en meteorología. En este sentido, el SPI de los últimos 24 meses es de -0,5. “Está negativo, todavía estamos recuperando, pero va por el buen camino“, indica Rivero. Este hecho es debido a la falta de precipitaciones de los últimos tres años. “Los caudales están por debajo de lo normal para estos últimos años porque las lluvias han estado por debajo de lo habitual y se suman las altas temperaturas. El año pasado entre mayo y junio se llegó a una situación más precaria, con un SPI del -1,5”, ha detallado Rivero.

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