domingo, 27 de abril de 2025
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Josep Serrano i Daura: “Observo que las minorías interesadas en la reflexión y el estudio continuamos muy vivas en todo el mundo”

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Josep Serrano Daura fue nombrado el pasado 9 de julio director de la Cátedra Fiter i Rossell de Historia del Derecho de la eUniv.
Es actualmente el coordinador del Programa Interdisciplinar de Doctorado de la eUniv.
Ha sido profesor de Historia del Derecho en las Universidades de Barcelona, Pompeu Fabra e Internacional de Cataluña.
La Cátedra Fiter i Rossell de Historia del Derecho es fruto del convenio entre la eUniv y la Fundación Gigamany, y el acuerdo de nombramiento de Serrano establece como fecha de inicio para el ejercicio de las funciones directivas el 1 de septiembre. Acaba de ser nombrado director de la Cátedra Fiter y Rossell de Historia del Derecho, explíquese un poco ¿cuáles son o serán sus objetivos principales?
¿Cuáles serán los primeros pasos que planea llevar a cabo en este nuevo cargo a partir del primero de septiembre?
La Cátedra Fiter i Rossell fue creada en la Universidad Europea IMF (eUniv) con la voluntad de fomentar los estudios históricos del derecho en general, pero muy particularmente de aquellas instituciones y obras jurídicas que han tenido una evidente dimensión política y social.
El ‘Manual Digest’ es un claro ejemplo de estas obras, y su trascendencia para la defensa de las libertades andorranas es incuestionable.
Por esta razón, dedicarle la cátedra a Fiter y Rossell resulta más que justificada y oportuna.
Profundizar en esta línea es el objetivo principal de la cátedra, y los primeros pasos se dirigirán a fomentar el estudio de las bases jurídicas de algunos episodios históricos clave en la historia de Andorra, como la participación andorrana en las Cortes catalanas o el propio Decreto Imperial de Napoleón, que supuestamente restableció el Coprincipado. Usted tiene una amplia experiencia en el mundo académico y en la investigación.
¿Cómo piensa aprovechar su experiencia como coordinador del Programa Interdisciplinario de Doctorado de la eUniv en su nuevo proyecto?
El Programa Interdisciplinario de Doctorado de la eUniv termina este año su primer periodo de implantación, de forma que muy pronto veremos los primeros frutos de las investigaciones doctorales.
A partir de la experiencia de estos tres años transcurridos, la Comisión de Doctorado ha comenzado a trabajar en las mejoras de su diseño y programación, y una de las propuestas más importantes que hay sobre la mesa es la adopción de un único y común objeto de investigación del programa, que sería la propia institución universitaria.
La eUniv es una universidad joven, pero cuenta con personas de acreditada experiencia institucional en el ámbito universitario, de manera que centrarse en un área científica en el que se puede exceler resulta una opción del todo racional.
Esta decisión afectará a todas las líneas de investigación doctoral de la Escuela de Doctorado, y entre ellas destaca especialmente la relativa a la historia universitaria, en la que la Cátedra Fiter y Rossell tiene muchas cosas que aportar. Queríamos que nos hablara un poco sobre su etapa como profesor en la Universidad de Barcelona, en la Universidad Pompeu Fabra y en la Universidad Internacional de Cataluña.
¿Cómo ha influido su trayectoria y su experiencia en su manera de enseñar e investigar?
Tuve la gran suerte de formarme en la Universidad de Barcelona en el momento en que el departamento de historia del derecho era liderado por el Dr. Font i Rius, un eminentísimo jurista que creó una verdadera escuela de historiadores del derecho.
Acompañando discípulos suyos pude incorporarme a la recién creada Universidad Pompeu Fabra, y allí estuve durante unos años, hasta que recibí el ofrecimiento de la Universidad Internacional de Cataluña para dirigir la implantación de los estudios de derecho.
He vivido, pues, de primera mano el nacimiento de dos universidades que hoy son ya realidades consolidadas dentro del sistema universitario catalán.
En ambos casos he de decir que he podido apreciar los cambios en el enfoque metodológico, tanto de la docencia como de la investigación.
Las nuevas instituciones siempre aportan cosas innovadoras, como el sistema trimestral, por ejemplo, o los mecanismos de coordinación de la investigación departamental, basados en modelos norteamericanos.
Buena parte de esto segundo lo he podido trasladar al Programa de Doctorado y en cierto modo ha servido para plantear la organización de la cátedra. Como director de la Revista de Derecho Histórico Catalán y organizador activo de convocatorias científicas, ¿cuáles cree que son los mayores desafíos y oportunidades en el ámbito de la historia jurídica catalana actualmente? La disciplina de la historia del derecho probablemente haya pasado por mejores momentos que los actuales.
La mercantilización de la universidad y su orientación profesionalizadora no son el mejor entorno para el crecimiento de las disciplinas que se vinculan a la sabiduría en lugar de la utilidad.
No es una dinámica que sea propiamente andorrana o catalana, es de carácter general y difícilmente será reversible.
La tradición de los estudios históricos del derecho está en nuestro ámbito lingüístico magnífica, sin duda, pero hay que reconocer que no ocupa una posición científica basilar.
La Sociedad de Estudios Jurídicos del Institut d’Estudis Catalans continúa firmemente comprometida con la promoción de la investigación histórica del derecho, como lo prueba la Revista del Derecho Histórico Catalán, que me honro en dirigir, y que actúa como eje de vertebración de todos los estudiosos que todavía sentimos la vocación histórica, y no solo catalanes, sino de cualquier otro país.
Observando sus trabajos, se da cuenta, en primer término, de la gran pluralidad temática, y en segundo término se hace también evidente que la historicidad contempla también el pasado siglo XX, lo que abre unas enormes posibilidades de investigación, impensadas unas décadas atrás, cuando yo empecé a investigar.
Seguramente este factor explica el mantenimiento de una notable presencia de estudiosos en las convocatorias científicas, donde ahora se abordan temas como la inmigración desde una perspectiva histórica, por ejemplo, lo que, por cierto, resulta muy provechoso para el debate social que genera. Su producción científica es extensa y continuada, y ha obtenido diversas acreditaciones académicas de investigación.
¿Cuáles son sus principales proyectos de investigación actuales y futuros?
Me considero muy afortunado de haber podido publicar tantas investigaciones a lo largo de mi vida académica, y no puedo más que agradecer los reconocimientos y acreditaciones obtenidas.
En el punto actual de mi vida los proyectos de futuro son en realidad fruto de la tarea del pasado.
He podido estudiar hechos, lugares, instituciones y biografías de muy diversa naturaleza, ciertamente, pero el eje central de mi investigación ha sido siempre la relación entre el territorio y sus instituciones históricas.
Intentaré concentrar la investigación sobre este eje, entendiendo las universidades como instituciones históricas y contribuyendo hasta donde sea posible al estudio de las instituciones históricas andorranas, por supuesto. Su libro reciente, ‘Leyes Históricas de Cataluña’ (2024), ha sido muy bien recibido.
¿Nos podría dar más detalles sobre este trabajo y el proceso de investigación que hay detrás?
La propuesta de esta obra me llegó desde la dirección de la colección Leyes Históricas, publicada por la Agencia del BOE.
El Dr. Santos Coronas era consciente de que la historia jurídica catalana no era conocida por el público académico español, básicamente debido a la barrera idiomática.
A partir de ahí voy a plantear una estructura en cuatro volúmenes que incluye desde el siglo VIIIº hasta la proclamación de la II República española.
El trabajo ha sido enorme y complejo, pero la satisfacción final se lo ha valido.
A partir de esta obra, cualquier académico español puede acceder a las fuentes del derecho histórico catalán en su idioma, sin necesidad de acudir a fuentes indirectas, susceptibles de interpretaciones personales o interesadas. ¿Cómo ve la colaboración entre la eUniv y la Fundación para la Cátedra Fiter y Rossell de Historia del Derecho?
¿Qué beneficios espera que se obtengan fruto de este vínculo?
La Fundación Cátedra lleva ya muchos años colaborando con iniciativas de desarrollo cultural y científico, y su apuesta por la Cátedra Fiter y Rossell resulta del todo coherente con su trayectoria.
Estoy seguro de que las propuestas de actividades que se presenten (congresos, seminarios, publicaciones, etc.) tendrán la mejor acogida.
En este sentido, podemos decir que somos muy afortunados. Finalmente, queríamos saber cómo ve el futuro.
¿Qué consejos daría a los jóvenes investigadores que empiezan ahora su carrera en el ámbito de la historia del derecho?
Como antes he comentado, la universidad del futuro parece reservar a los estudios humanísticos una posición marginal.
La sociedad actual pide a la universidad cosas más prácticas, como el empleo o el emprendimiento.
El conocimiento ha sustituido la sabiduria como objeto de la universidad.
La ciencia aplicada busca el poder, como dijo Harari, y las disciplinas teológicas sólo obtienen la atención de los poderes sociales cuando pueden emplearse para hacer discursos y pifias, normalmente mal digeridos.
No obstante, observo que las minorías interesadas en la reflexión y el estudio continuamos muy vivas en todo el mundo, y que medios para conectarnos no nos faltan.
Los juristas que quieran adentrarse en la historia del derecho tienen todavía mucho camino por recorrer y de apoyos no les debe faltar.

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