El invierno de este año es el quinto más cálido desde 1950 en Andorra. Según publica este miércoles Acción Climática, la temperatura media de estos meses es de 5,4 grados, con una anomalía de +1,8 grados. Se trata, por tanto, de la primera vez que se dan dos inviernos consecutivos con una anomalía superior a los +1,5 grados.
La temperatura más alta se registró el 1 de diciembre en Aixàs, cuando el valor llegó hasta los 19,6 grados. Por el contrario, la más baja fue de -13,3 grados el pasado 8 de febrero en Les Fonts d’Arinsal. En total, según los registros de Acción Climática, ha habido 35 días de helada.
En este sentido, se señala que durante los meses de invierno no se han producido temperaturas récord, sino que tanto las mínimas como las máximas han estado por encima de la normal con continuidad. Desde el 1 de diciembre y hasta el 28 de febrero, uno de cada tres días la temperatura ha superado los 3 grados por encima de la media climática.
Asimismo, se indica que el invierno de este año ha sido seco, tanto mes a mes como en conjunto. De hecho, mientras que en el norte del país se han acumulado hasta 170,6 mm (Las Salinas), en el valle central sólo se ha acumulado alrededor de la mitad de la precipitación normal (como los 72 mm en el Roc de Sant Pere).
Para encontrar el episodio de precipitación más significativo del invierno, hay que remontarse hasta el 7 de diciembre, ya que el espesores de nieve sólo registró valores normales tras las nevadas del 7 al 10 de diciembre y hasta Navidad. Posteriormente, los episodios de lluvia y las nevadas mermas han sido las protagonistas.
Otro protagonista de este invierno ha sido el viento, especialmente en diciembre y enero. En este sentido, el episodio más destacado se produjo el 11 de enero, cuando se registraron ráfagas de hasta 179 km/h en Las Fuentes de Arinsal. Acción Climática también destaca los días previos a Navidad, cuando las ráfagas también superaron los 170 km/h.