La cuenta atrás para coger el cesto e ir a la montaña a buscar setas ya ha comenzado.
El otoño se acerca y los boleteros están cada vez más pendientes de las previsiones meteorológicas para que puedan disfrutar de una buena temporada.
Las setas necesitan humedad para formarse y para que esto ocurra se necesitan unas condiciones climatológicas muy específicas.
Entre ellas, que el terreno no esté seco, que haya precipitaciones continuadas y que se produzcan pocas ráfagas para que no sequen el terreno después de rociados.
El país ha vivido este verano en el segundo mes de agosto más cálido desde 1950, una situación nada propicia, pero las últimas lluvias podrían generar un buen inicio de temporada.
“Nunca podemos llegar a saber cómo será la temporada, es muy difícil hacer este pronóstico”, deja claro el micólogo de la Andorra Recerca i Innovació (AR+I), Manel Niell.
De todas maneras, Niell asegura que de momento “está lloviendo” y la previsión es que las próximas dos o tres semanas las cortinas de agua seguirán estando presentes en el territorio.
“Tenemos alternancia de lluvias, el inicio puede ser bueno, de hecho ya están saliendo algunos”, explica el especialista.
Hasta ahora ha podido encontrar algunos rostros y cepas, y “podrían empezar a salir rojizos, aunque de estos todavía no lo he encontrado”, menciona el trabajador de la AR+I.
Actualmente los mapas meteorológicos pronostican precipitaciones durante este comienzo de septiembre, un aspecto positivo para el biólogo, ya que considera que de momento se va por el buen camino.
“El inicio de la temporada puede ser buena, los pronósticos dicen que tiene que seguir lloviendo y esperamos que vaya así”, comenta Niell.
El segundo agosto más cálido en 74 años en Andorra
Según los datos publicados por Acción Climática correspondientes a la estación Central de FEDA, durante el mes de agosto se registró una temperatura media de 21,5 grados, una anomalía de +2,3 grados, y una precipitación acumulada de 106,1 mm.
Los calores intensos no ayudan nada a la proliferación de las setas, atendiendo a que los hongos necesitan humedad.
“Si el terreno es seco no les conviene, es lo que pasó el año pasado, que no salió nada”, ha detallado el biólogo.
Por eso son muy importantes las lluvias, pero estas no pueden ser torrenciales porque entonces el terreno “no tiene la capacidad de absorber el agua y a la larga no es positivo porque el agua se acaba perdiendo”, precisa Niell.
Esto explicaría que ya empiecen a salir algunos ahora a finales de verano, ya que el mes de agosto ha sido lluvioso en el valle central y en el norte, mientras que en el resto del país ha estado cerca o ligeramente por encima de lo normal.
Teniendo en cuenta esto, las siguientes semanas serán claves para que aparezcan.
“Los hongos lo que quieren es una estimulación y para que esto se produzca viene por las lluvias. Si viniera de aquí dos o tres semanas una sequía o vientos fuertes se despejará, pero si se va manteniendo la temporada puede ser buena”, asevera Niell.