viernes, 23 de mayo de 2025
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La ampliación del hospital perderá el aparcamiento subterráneo que se había previsto

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El delegado de los Servicios Territoriales del Gobierno de la Generalitat en Les Terres de l’Ebre, Joan Castor Gonell, ha comparecido esta mañana para informar de la situación en la que se encuentra la ampliación del Hospital Verge de la Cinta que se iba a realizar este año en el Turó del Sitjar. Las obras se detuvieron el pasado mes de diciembre porque se localizaron una serie de elementos patrimoniales en el subsuelo que había que excavar, catalogar y preservar.

Así pues, en febrero se llegó a un acuerdo entre el ICS y la comisión técnica de Patrimonio con el fin de comenzar la intervención arqueológica y conocer el alcance de los restos. Desde un inicio, el Gobierno ha querido mantener su compromiso de hacer compatibles ambos proyectos y mantener la ampliación prevista del hospital. Cuando se hicieron las primeras prospecciones sobre el terreno ya se vio en seguida que serían unas tareas complejas y laboriosas porque el terreno es muy frágil, con cavidades excavadas en las rocas, que suponían un riesgo de desprendimientos. Así pues, se tuvieron que buscar arqueólogos especializados y formar además personal de la zona para la intervención y apuntalar el terreno. Las tareas, que debían durar entre dos y cuatro meses, ya se han finalizado y han permitido realizar una decena de sondeos sobre el terreno que han verificado los cálculos iniciales del geo-radar que han hecho salir a la luz una serie de silos del siglo XVI, unos depósitos excavados directamente en la tierra que servían para almacenar el grano. Además, se ha localizado también una rampa de acceso a este espacio de 6 metros de longitud con un muro de recubrimiento por la que debían pasar los carros con las cargas. Pero, en las últimas semanas, se ha descubierto un nuevo elemento bastante relevante en este emplazamiento. Se trata de un aljibe de época militar, posiblemente coetáneo a la construcción de los fortines y baluartes y que consta documentado en los planos de ingeniería militar a partir del siglo XVIII. Consta de una planta rectangular, una cubierta de bóveda de cañón y todo su sistema de canalización. Los aljibes eran una especie de cisternas subterráneas que servían para almacenar el agua de la lluvia proveniente de los tejados de las casas y que se transportaba por las canalizaciones. Ahora bien, es posible que, en este caso, también recibiera agua proveniente de diezmos naturales cercanos a la zona y que fuera utilizado para abastecer a la población en caso de necesidad, pero también como reserva de agua para el complejo militar en caso de guerra.

Así pues, Gonell ha informado de que ahora “se está buscando una solución técnica para desencallar el proyecto de ampliación”, de manera que se quieren mantener todos los servicios asistenciales previstos para el nuevo edificio y que consistían en un nuevo bloque con siete quirófanos y 20 plazas de reanimación, así como tres quirófanos más destinados a cirugía mayor y 28 plazas para el hospital de día. El proyecto también prevé un servicio de farmacia y un jardín terapéutico en la cubierta. Ahora bien, tras los hallazgos habrá que replantear el proyecto inicial y lo que ya se ha avanzado es que se descarta de manera definitiva la planta menos dos subterránea que tenía que destinarse al nuevo aparcamiento. A las preguntas de los medios sobre la posible alternativa a este aparcamiento soterrado tan esperado por la ciudadanía, no tienen, hoy por hoy, ninguna solución alternativa. Faltará ver, pues, si el Ayuntamiento ofrece alguna nueva ubicación. El proyecto afecta también a la planta menos uno, la de la farmacia, que deberá redefinarse y adecuarse a las nuevas dimensiones.

Todo ello se construirá con una estructura de micro-pilotajes, al igual que se hizo en el Espacio Cota Cero, para que los restos sean accesibles al personal investigador y a la unidad de arqueología. De momento, no serán visitables, pero no se descarta darle más visibilidad en un futuro.

La ubicación de la rampa y del aljibe también ha afectado directamente a la distribución sobre plano que se había hecho de los recorridos internos de distribución que tenían que enlazar el actual edificio del hospital y el nuevo complejo y se tendrán que modificar. Otra afectación puntual ha sido la del talud del cableado de las telecomunicaciones del HTVC que, por su proximidad con el aljibe, se ha tenido que destruir la zanja y abrir otra. Actualmente, ya se han hecho los cambios de una parte de las líneas, pero todavía se está contactando con las diferentes operadoras de telecomunicaciones de la zona para que en los próximos días efectúen el traspaso manual del cableado de la fibra óptica hacia la nueva zanja.

Paralelamente a esto también se han empezado a hacer los trabajos de adecuación de las zonas donde se deben construir los ascensores, pero también se está esperando que Patrimonio ratifique la viabilidad de los terrenos para que puedan sacar adelante las obras.

La voluntad del Gobierno es la de poder reanudar las obras antes de finales de año, pero para que esto sea posible es necesario que se llegue a un acuerdo con la empresa adjudicataria de la obra, teniendo en cuenta que la obra se encarecerá por los retrasos y por la construcción de los micro-pilotajes. Si, finalmente, no se puede llegar a un acuerdo, se tendrá que volver a abrir a concurso público y licitarse de nuevo, lo que hará que sea inhábil todo el 2025 y que las obras de ampliación se tengan que trasladar a 2026.

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