Están hartos y tienen miedo. Por ello, vecinos y alcaldes de El Solsonès —Biosca, Llobera, La Guinguens, Campllong, Pinós, Solivella y Torà— han hecho una comparecencia conjunta este martes para reclamar soluciones “urgentes” en el punto negro que hay entre el cruce de la carretera C-541 con la carretera del Hostal del Boix (LV-3002).
Se trata de un cruce de cuatro caminos, con poca visibilidad y donde a menudo hay niebla. Según datos del Servicio Catalán de Tráfico, cada año se producen entre 6 y 8 accidentes, pero los alcaldes aseguran que hay muchos sustos y topadas que no se acaban registrando. El último accidente, este viernes, fue mortal. “Es la crónica de una muerte anunciada”, lamenta el alcalde de Pinós, Xavier Vilalta.